POEMA 1000103

La niña que juega despierta con su inesperada inocencia
la desconocida inocencia en forma de arco
una moneda cubierta de nidos bordados,
un piano desangrándose en medio de la llamas
sin haber conocido la transparencia de sus manos
sin haber siquiera haber protestado de los blancos espejos,
sin llevar el acostumbrado traje de aluminio,
mis incompletas incomprensiones repetidas incansablemente
cortad vuestras manos, cortad vuestros ojos,
sus vivencias tranquilas,
la humedad que crece hasta el miedo,
la joven desnuda que no vio nunca su retrato
la joven que escucha de 2 a 4 su inconciencia
el ángel, el bello ángel, que regaló sus plumas,
subamos hasta el país desalojado por las abejas
siempre agoniza la diminuta nieve,
seguid, seguid, señores pájaros de lectura.

 

De “Total” N°1, Enero 1936. la dirección de dicha revista estaba a cargo de Vicente Huidobro.