IX

Un hilo invisible señala las fronteras
Entre el bien y el mal
Entre el amor y el odio
Entre lo real y lo imaginario
Entre el hombre y la mujer
Entre la luz y la tiniebla
Entre lo racional y lo irracional
Entre el cuerpo y el alma
Entre el día y la noche
Entre el calor y el frío
Entre el blanco y el negro
Entre la vida y la muerte
Entre lo visible y lo invisible.

Así vivimos con los pies hundidos en la tierra
Con la cabeza bien alta, a topones con el aire
Recordando el agua de la lluvia que azotaba
Nuestros rostros en la infancia
Con el fuego del alma quemándonos el árbol del cerebro.

Es que de tanto vivir entre fantasmas
Hemos llegado a convertirnos en fantasmas
Y ya todo se ha tornado invisible
Las antinomias ya no existen
Y el día es igual a la noche
Todo invisible sin vuelta
Salvo el hilo que marca las fronteras
Que ahora es visible
Lo Único.
 

De La caja chica, 1989