VIII
Entonces trabé conocimiento del mal
Supe que se parecía a un extraño fluido
Del cual emanaba una terrible fuerza
Capaz de movilizar y transformarlo todo
Sin embargo no sé qué mano
Impidió que me resguardara bajo sus alas
Recuerdo ahora la risa espantosa de Maldoror
Y tiemblo de sólo pensar
Que pude caer bajo sus garras
La Mandrágora proclamó los fueros del mal
Y lo negro invadió sus habitaciones
Donde la magia reinaba a sus anchas
La Mandrágora fue desinteresada hasta las lágrimas
Ahora lo recuerdo
Había demasiado mal en el mundo
Para seguir insistiendo
Y nos recluimos en el silencio.
De El Peso de los años, 1987 |