XLVI

Has visto con toda claridad al océano subir en la carroza de once ruedas
Desde la isla donde te han dejado al desamparo
Todo aquí es leche llueve leche a torrentes
Y los caballos están enceguecidos sin la menor esperanza de divisar una centella negra
Todo es blanco terriblemente blanco
Tú que creías en el blanco y en el ala de la paloma
La paloma que sangraba
En un tiempo blanco
En que tu locura no acertaba a dar
En el blanco de la memoria.

 

De Zonas eróticas, 1971