IX
Tu padre y tu madre leprosos
Toda la vida se han empeñado en hacerte la más bella leprosa
Pero tú amas la paz y prefieres desertar
Arrancarlo las pestañas y trabajar la angustia.
Es el estilo de tu vida conservada por el orgullo
Por la paloma que acaricias con tanta crueldad
Cierta del vacío que te consume la vida
Y que te atrae como un sexo dislocado.
Acaso tengamos que llorar sangre
Sobre la polvareda de las almas
Sobre lo que sube y lo que baja
A una altura donde la materia es puro abismo
Para que tú seas concreta.
De Zonas eróticas, 1971 |