1 Acostado sobre una nube el ángel me espera 9 Vienen ahora los caballos y se precipitan al pozo 15 Aquí también existe la noche
Sabrás ya que no hay árbol sin su ángel
Es el 8 tendido con los ojos de pan
Para que resplandezca el paladar
Del mago que en vano busca la estrella
En la copa
Que derramaste en la infancia
¿Te acuerdas ahora cómo la vieja
espada de tu padre
Cayó sobre la garganta del pájaro?
Y la sangre corría la vieja sangre
a la que tú perteneces
Y que es la misma
Que hoy derramo
Para que tú veas lo que hay detrás de mí
Decididamente la tiniebla.
Viene el de cabellos largos y lanza al mismo pozo
una lámpara y porciones de azufre
Finalmente salta al abismo el león con la sortija
que tiene un rubí negro y dos diamantes
Diciendo que él desde ahora toma el mando
en la incineración
Para que salte la paloma
La paloma que se oculta en las manos del eremita
Y así el sol brilla sobre su noble cabeza
Mientras la serpiente se enrolla
Dando paso al más profundo misterio.
Y si ella es azotada durante quince veces
consecutivas
Se transforma en día.
Dicen que es la luz del mal
Y que a partir de entonces
Sólo se verán abismos sin puentes
El uno que se hace tres en el filo de la espada
El hombre y la mujer unidos para siempre por el pie izquierdo
El óxido de cobre en las orejas
El amor en el horno, las costumbres en el punto de ebullición
El amor el desolado amor en el laberinto de las alucinaciones
La memoria persistente la playa viscosa
Todo todo echado en el pozo sin piedad
Semejante a la noche ácida
De los mares y las tierras castigados
Que tú bien conoces.
A la que nadie podrá sustraerse
Ni aún la tierra con su gravedad que ya a nadie espanta
Verás ahora cómo los fantasmas con
sus hachas abren las puertas de los cementerios
Y al disparo del
revólver
Correr a los sepultureros para abrir las tumbas a sus muertos
preferidos
Al fuego irán los que sólo se vistieron con las apariencias
Al fuego los impuros de corazón junto a los sacerdotes que renegaron
de la magia para
convertirse en asistentes sociales
Al fuego los de labios torcidos que
vendieron sus imágenes a la entrada de la gran noche
Al fuego los mercaderes de rostros
opacos
Los que nunca amaron y se escudaron
bajo las alas de la infamia
El triunfo es del ojo
No hay justicia sin ojo
El ojo devastador
El ojo que atrapa la imagen del mismo
espejo
De un sorbo.
21 Sin embargo
Todo proceso llega a su término
Y si la bailarina persiste en danzar en la playa no obstante que el
mar desapareció ante sus propios
ojos
La esposa viste su traje nuevo y sus guantes de berilo para la llegada
del cielo nuevo
Porque todo lo que perece arrastra a lo invisible
Y lo imperecedero a lo visible
Es la ley de la selva en pleno corazón.
No lo creerás pero es así
Hay gozo en la ciudad
Y las puertas se abren sin cesar
Ellas están engastadas con piedras tan caprichosas como flores marinas
Por fin hemos llegado al alto muro que todo lo divida
Donde sólo hay dos puertas
La puerta blanca que conduce a la muerte donde siempre reina el día,
el agua viva,
Y la puerta negra que conduce a la segunda muerte donde no hay más que
noche, noche que
aniquila, noche total, noche absoluta, madre tiniebla definitiva
Oyendo en medio del silencio que se da sólo en estos cielos una voz
que me dice "elige".
Pero yo he preferido esperarte.
De Madre-Tiniebla, 1972 |