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Sí,

Las puertas se han abierto de par en par
Y de la boca y los ojos del extraño ser el torrente de sangre
Su venganza con tu venganza
Inútil
La espada ya no siega
Y el hongo reina a sus anchas.

Camaradas de toda la vida hechos tizones
Caen del tercer cielo ardiendo
La clavícula del fuego
El ojo acusador que te clava en la pared
Y más aún
Te raspa los sueños, la palabra que no logró formarse,
La paloma herida
A tantos años luz.

Inútil inútil
La música castigada al vacío
Si yo escribiera el fragmento 100 de este poema moriría
La unidad devorada por la infinitud
El turbante del cielo.

A quién tienes que empujar en esta catástrofe final
Te pregunto
El ojo azul con el ojo escarlata
La rosa roja con la rosa blanca
La rosa amarilla con la rosa negra
No encontrarás a la sirena en el mar de la tranquilidad.
Camarada

¿Qué hiciste con tu locura con tu sagrada memoria
Con la ceniza purificadora
Con el piano místico?

En el desierto la nada sobre la nada
Las erosiones del alma
¿Dónde estás tú, dónde estoy yo?
Nuestro amor, la cortina de humo
La cama paradisíaca
Todo se ha perdido en los abismos de la memoria.

Me he cansado de hablar a gritos con mi soledad
Perdida la luz perdida la tiniebla
Te buscaré entre los escorpiones
Entre la piedra calcinada, mi reina, mi flor azul.
Sin día, sin noche, mi triple W,
Con tu nombre sobre el creador número 9
Renacerás
Renaceremos.

 

De El calor animal, 1968 - 1969