ENCUENTRO FORTUITO DE UN CARABINERO EN UNIFORME TOCANDO UN VIOLÍN FRENTE A UN ESPEJO

Lo han degradado por haber rehusado tocar el tambor durante una ejecución
Dijo haberse distraído a causa de un extraño sonido
Tal vez sonido arrancado a viva fuerza
De la cuerda de un violín
Que lo atrajo lo atrajo
Como el vacío a los cuerpos.

Desde entonces no se aparta ni del espejo ni de su violín
Y toca y toca
Sin que el fuego logre extinguirse en la hoguera
Y al diablo con el prestigio del Cuerpo.

“Que me trague el espejo –dice-
Pero yo no mato ni a gato ni a perro
Prefiero hundirme con mi violín en alto”
Mientras hace deslizar el arco
Sobre la más aguda de las cuerdas.

Y para decir verdad
Realmente se lo traga el espejo.

 

De Frágil memoria, 1955-1985