CARTA ABIERTA

a Jacques Hérold

Han subido los ojos como los precios en las tiendas
Acabo de recibir una postal donde diviso en ruinas el castillo del Marqués de Sade, yo grito ¡Viva la
                                                                                                                       libertad!
La libertad que se filtra cuando las palabras hacen el amor sin trabas.
Conozco el lugar las almendras y sus alianzas peligrosas
Todo se va al agua y con el agua todo se endurece
Se endurece el tiempo el olivo el pensamiento se hace sal y agua
Pero se discute infatigablemente el designio de las materias primas
En un idioma que nadie comprende pero que Claude Tarnaud traduce al inglés y al francés
Juego de la razón y la sinrazón
Yo recuerdo una vieja cantera donde extrajeron una catedral gótica
Los vacíos se vengaron construyendo en su interior otra catedral
Conclusión del físico el vacío es indestructible
Puente que tú bien conoces mi estimado Jacques Hérold
Se lavan los poemas como la ropa sucia
Se pintan cuadros a cuarenta pinceles a la redonda
No importa
Agua que no has de beber déjala trepar
El pensamiento se oxida pero tú lo purificas con la mirada
Abres la puerta y la vuelves a cerrar
Es la casa del mago que se divierte mientras otros duermen
Atrapas el sueño a las mil maravillas
Haces de lo opaco un cuerpo luminoso
Al que luego saluda mi amigo Stefan Baciu
Te repito una vez más me va quedando sólo la memoria
La memoria que atrofia a las plantas y a los animales
Pero que hace fluir el conocimiento inexorable
Inexorablemente nos comunicamos nos comunicaremos
Salut!

 

De Frágil memoria, 1955-1985