XXXVII

Se requiere de un alma demasiado generosa
Para entregarse en pleno al amor
O renunciar definitivamente a él.

Se requiere haber visitado indistintamente el corazón de! día y de la noche
Para conocer los contornos y la mirada del ojo
Se requiere haber mirado frente a frente el rostro de la Esfinge.

Los que me rodearon cargados por el resentimiento y la envidia
Los que no supieron nunca del vendaval de la eternidad
Los que olvidaron la sombra a la entrada de la noche
Los que dejaron pasar la aurora sin que se les anegara el corazón
Los  torcidos de espíritu los canallas que rendían homenaje a la estatua de la infamia
Los cojos que competían con los tuertos
A ellos les digo:

"Un  hombre revelará a los hombres los planos de todo ser humano
"Un  hombre lucha por desplazar su muerte
"En un acto maravilloso en que la embriaguez
"Se  desbordará para siempre
"Un hombre pisa sobre la escritura de su muerte".

Sin  embargo uno sabe que la inteligencia es el lastre del mundo
Lo sé y el eco hará de esta visión su cuerpo y alma.

Quizás si insultando la noche lleguemos a saber lo que era el amor
O si al esperar el día
Lo que es el odio.

 

De En pleno día, 1948