XLIII

Y el hombre encima de la mujer repite la palabra que le puso en evidencia el mundo exterior
Olvida el abismo la caída en el abismo
El misterio de una noche asediada por la luz de los astros
El cautiverio del pensamiento purificado.

Es la hora en que los alimentos se exponen a la tortura de sus mandíbulas
Es la hora en que yo te considero comestible
Que me pierdo en tu voz en mi propio pensamiento
Y tú eres la voz de mi voz el latido de mi corazón y del tuyo
Y tú lo sabes a pesar de que eres la conocida entre las bellas desconocidas
La oxidación de mi pensamiento desnaturalizado en el alcohol de mi cerebro
En la sensación de encontrarme consigo mismo.

Sin embargo
Quién eres tú para revelarte contra el círculo de los instintos
Contra lo que te hacía el enigma de este día poblado de animales
Contra esta flor carnívora que tú veías avanzar como una luz cegante
Allégate a mí escóndete en mi pensamiento
En la bruma desprovista de toda melancolía
Deseádme como yo te deseo
Porque mi palabra que es tu palabra
Ha hecho de nosotros el abismo sobre el abismo
Consecuencias, queridos amigos, del mundo exterior.

 

De En pleno día, 1948