EL HOMBRE Y SU MAGIA

Una nube subida sobre mí
Hace el efecto de una profecía
Yo hablo entonces a la oreja del futuro.

Esas mujeres que habéis visto ciertas noches
Agolparse a la ventana
Son las enviadas de la noche
Recibimos pues los fantasmas
De nuestros propios amores.

Cuando es el hambre y el juramento
Que sale de la boca del ahorcado
Cuando es la nariz
Dividida en dos
Cuando es la página
Que arroja alcohol sobre nuestra alma
Cuando es el relámpago
Que seduce a la que entró por primera vez
En el gran viento
Entonces oíd la voz del corazón.

Soy alto como mis sueños
Reduzco a sombras el pensamiento
Y como la luz adoro
Atravesar los muros
Los hombres beberán de estas aguas.

 

De Mandrágora siglo XX, 1945