MEMORIA A LA INVERSA

No vacilar a la orilla de un abismo
Tender la mano al infinito de repente
Un pájaro de alas prehistóricas
Un árbol con las facultades mentales perturbadas
Ver la vegetación inmensa de la noche
De extremo a extremo los espíritus imbatibles

El reloj pronuncia la violencia
Es sideral la espada que penetra al insomnio
Un pez abandonado en la noche
Para oír el paso las hojas
Las hojas del otro día

Tienen las sombras un cierto tacto refinado
El fénix sometido a toda prueba
Se abren los vientos al fondo de sus cabellos
Los muertos cargados de tesoros
Es cierto
Las mismas lágrimas de su sueńo

La noche es inhumana
No cuenta para nada con los árboles
Hay un silencio de espejo
Hay un vértigo de tiempo
Por la mujer de niebla
Por los ojos de nieve pura.

 

De Cataclismo en los ojos, 1936