LOS CABELLOS CONYUGALES

El niño en la espada el párpado deshoja
Sostiene la mirada y desciende al vértigo
Cuando el alma despojada de sus estalagmitas
Se siente redimido en el beso de la novia

Llegar a los pantanos solitarios
Ver al dios furibundo convirtiendo en plumas
Las estrellas
Renacer en la boca celeste fuera del tiempo
En las preparaciones del hombre para la soledad
Como si yo me sostuviera con la leche
De sus ojos
Desiertos puros en donde perder la castidad

O yo me subo a mi lámpara
O me caigo al vacío con los ojos vendados
O mis labios se creerán para siempre
Semi-transparentes

El cuerpo destruye sus pisos superiores
Enarbola la soledad en el fondo de las cosas
Los rostros resecos mantenidos en la vida
Por la muerte.

Sus manos lanzadas en la bóveda hirviente
Oídme en la luciérnaga el peso de su luz
Rey alimenta la niña por entre el sub-sueño
Y afronta el talismán sus labios de lámpara
Para restituir en definitiva
El ángel reventado a nuestra propia imagen.

 

De Las hijas de la memoria, 1935-1940