NICHOS OVALES

Por una mala cuenta torcí los pies al verte
Redimido el instante perverso en sus años
Loco de aquel enfermo cauce que tiene estrellas en el fondo
Me miro en tu presencia sin ultraje de invierno
En ti la fruta sigue su porvenir de rayo
El hambre tiene inconvenientes para arrugar el ceño
En vano el mirador se encuentra en turbias aguas
Más semejante a un fúnebre que buzo en el océano
Te encuentro en este manual de lluvias educadas
Al ver con qué sonrisa el mundo su mágdala pervierte
De ayunos y vergüenzas se hicieron tus saludos
Orden de dual martirio suspende su hora líquida
El sabe que ha de poner sus manos entre mis manos
El hambre y la tortura vagancia de sí mismo
Tiene un par de aretes para bailar el sable
Me incomodo y salgo de tu anuencia
Con voz de terremoto se aplastan verdes llaves
El chorro que cayó en mi soledad
Con cifras de agrado y témpano me doblo en tres mitades
Así presiento el numen del conscripto enamorado
En pie de madrigal su sien izquierda late
Por ver la maravilla que corre entre dos pistas
Negra de soledad tú vienes hacia hacia mí.

 
 

Poema publicado en Lectura de Poemas, folleto publicado con ocasión de la primera aparición publica del grupo Mandrágora, Santiago, Julio de 1938.