EL AMOR Y LA RAZÓN

Las paredes
Que vierten los tubos negros
Encierran esta cláusula
Esta yerba de alambique
Sus ojos separados de la historia
Miran quemar los huesos
Las frutas
De las pestañas movedizas
De los hígados marítimos
Que sobre el cielo están
Como el paso de una cola.

Enciérrenme aquí estoy
Las luces faltan a mis brazos
Cuando muevo las escarchas
De las últimas condicionalidades
Y creo este apetito
Este liquen que no hiere los objetos.

Los mares forman este fondo
Esta farmacia donde los hombres entran
Este éxtasis extra
La penetración rehúsa el gesto
Los ojos son la única cabida
El único tiro al blanco
El manjar más ávido
Una aurora que cae al yeso
Como un ojo.

Te sirvo te sostengo
Te doy este amor sin gusto
De una feria
Que sale.

 
 

Revista Mandrágora; número 7. Santiago, Chile. 20 de Octubre de 1943. Este poema fue publicado en tres ocasiones por Téofilo Cid, las diferencias existentes en los últimos versos han hecho necesaria la inclusión de las tres versiones.