SOLO ELLA SABE LO QUE YO SÉ [1]

Este es el juego que esconde el rostro de las novias
Una atracción de números sensibles
De rosas que sirven a la magia
Al arroyo que cae de su blusa sombría
Una sed eterna una sed solar de huésped
Sobre el año de los encantamientos
Un hielo de soledad en sus maelstrom de fuego.

La nube bajo mi espalda nado
Sobre los labios las orejas de las vencidas
Un pulso de catástrofe mide la superficie
Una música salida de los ojos
Como provisión de niebla.

Son las nubes abajo los cielos móviles
Las danzas del instinto
En su dedo de cafre el marfil de las reconciliaciones
El oro de un metal apresurado
De una boca que aparece entre los besos.

Son las hidras de gamuza
Los hombres que adulteran la esperanza.

Y esta la semilla de ese mundo planisférico
De esa rosa de rotonda
De esa leche de lagarto
Ojos nuevos como siembras
En un círculo postal.

Tú la más imaginada
Es sin duda estrella el asco que te aleja
Una sombra más
Para la boca de los imanes
Como augurio.


[1] Poema publicado en 1939 en “Ximena”. Publicación que incluye un poema de cada miembro de “Mandrágora”.

 

De 41 Poetas jovenes de chile, 1941