“EL AMOR Y LA MEMORIA" por S. DALÍ


       Salvador Dalí viene a descubrir la madera comestible. Es esto un paso acostumbrado por él. El instituto efectívo-ilusorio ha alcanzado ahora su máximo albedrío de poder alucionatorio.

       Si yo recuerdo bien, la cabeza de una muchacha cuyos pies reposan sobre una superficie plana, esta cabeza habla mientras sueña. Es preciso, absolutamente necesario que ella sonría, que devore así su propios excrementos, que pronto la observemos sobre el desierto, mientras a su alrededor algunos regadores de cuero cazan langostas.

       Si me recuerdo, esto es el sentido psico-anatómico-amorío, creado por Dalí, y el cual puede ser devorado en un caso cualquiera por el milano que se sirve de él para alimentar a sus polluelos, pero Dalí asegura que éste gusta más de regalar su propia cabeza.

       El humor tiene un sentido casi desconocido en “L'Amour et la mémoire”: Dalí sólo ha sabido devorar su propia cabeza pararrayos para alimentar a sueños de origen paranoico-sexual, de los cuales ha hecho materia de poemas en función de autooclusión.

       Otras cosas de las cosas indeterminadas
       Departamentales
       en función
       del pan bien dorado
       parecido al llanto
       el llanto
       parecido
       la imagen reproducida en tricomia
       de un nido

       el nido parecido
       a la palabra emblema

       O bien Dalí, como Péret, recurre a la observación majestuosa que puede ofrecer una sardina colocada sobre el retrato del pequeño M. Thieres:

       La imagen de mi hermana
       el ano rojo
       de ensangrentada mierda
       la verga
       a medio hinchar
       apoyada con elegancia
       contra una inmensa
       lira
       colonial
       y personal
       el testículo izquierdo
       medio sumergido
       en un vaso
       de leche tibia
       el vaso
       colocado
       en el interior
       de un zapato de mujer
       la imagen de mi hermana
       los dos labios exteriores
       del sexo
       respectivamente
       suspendidos
       y prestos a tocar
       cada uno
       los dos compartimientos
       de una caja de paja
       conteniendo el uno harina
       y el otro
       granos de maíz

       Yo no debo olvidar tampoco el estado paranoico-dimertivo de Dalí ante sus propias perspectivas en tricromía que pueden ser observadas al abrir un tonel en el cual ha permanecido por espacio de años una mujer cubierta de tarántulas. En el caso de Marcel Duchamp...

       Gala, la mujer visible, constituye el rayo prodigioso de una memoria incólume perseguida por los lobos:

Gala
       tú no estás incluida
       en el círculo de mis objetos en relación:
       Tu amor está fuera
       de las nociones corporativas y mendigas
       de, los sentimientos humanos
       pues yo no tengo ningún sentimiento por ti
       pues los sentimientos suponen la ausencia del amor
       o su debilidad
       y este está fuera de todo sentimiento
       como su representación pura y única...
       Fuera de los relojes
       Sensibilizables
       en medio
       de una multitud de tinteros
       colocados en equilibrio
       el largo de tu cuerpo estirado
       sobre una almohada de algas marinas
       color de mierda
       fuera
       de las estratificaciones mentales
       que nacen
       de los orígenes hipotéticamente sensibles
       de la fijación narcisista
       de mis propios olores
       el olor de mis pies
       el olor interior de mis huevas
       el olor de mi glande
       el olor de mis axilas
       el olor de mi propia mierda.

       La escritura del fantasma ha sido recién analizada en París como también esta manifestación conceptista: la noción de la duración temporal entre los fenómenos exteriores (movimiento y cambio de estado) y los fenómenos de nuestra propia vida, comparación posible por la fijación independiente de lo que se llega a ser y de lo cual las representaciones respectivas, dan nacimiento a la memoria, ese orgulloso pájaro del mal.

 

De revista Mandrágora, numero 2, Diciembre de 1939