OH MI SOL CONSTANTE
 
Esta aubada catalana relucía en el tatuaje de un sueño
“Alba bella” decía la muchacha
El dique ya no sangraba y “Oh mi sol constante” era el nombre de un hotel ubicado en una avenida de Buenos Aires
En el cual descendí cabeza adelante como cuando uno se lanza a la piscina
Y ahí recibí mis primeras cartas

 

De El Pensamiento Transmitido, Gradiva, Santiago, Chile, 1952, 4 h. (incluye un dibujo de Jacques Hérold).