LA SEGUNDA CARTA
 
diversos. Casi unánimemente los caballos manifestaron que no se sentían atraídos por ese parque zoológico, alegando en su favor que les dijeran cuándo habían visto un caballo encerrado en una jaula para la diversión de los papanatas, y que no era serio para la raza equina que los niños les ofrecieran maní a través de los barrotes. Amor, selva y pradera. Amor inextinguible...
 
Ella y yo alzamos nuestros ojos al cielo
Y entre las últimas notas de la aubada catalana se deslizó una palabra llena de dicha
Exactamente no la recuerdo ahora
Por el cielo cruzaba

 

De El Pensamiento Transmitido, Gradiva, Santiago, Chile, 1952, 4 h. (incluye un dibujo de Jacques Hérold).