LA SIMPLE VISTA
 
La mujer netamente interior
Yo la miré en sus ojos
La estreché en su cuerpo y la besé en sus labios
Y en cuanto a sus pies yo los descalzo
Y en cuanto a mi vida ella la responde
Nosotros dos en cuanto. a la razón teníamos razón
Teníamos el sueño
Teníamos el placer y el valor de su respuesta
Toda la vida
Yo tendré toda la vida tu juventud entre mis brazos
 
En tus ojos un pescador remendaba sus redes
Como la tarde es bella y como por un sueño yo rompí mi frente
Como sacudí con mis manos la noción de la esclavitud
De la realidad que ahora quiere llamarse sueño
 
Aquella tarde
Todas las tardes dirán aquella tarde
Todos los besos de amor se repetirán en aquel beso
El amor latente en la vida manifiesta
 
Pequeña mano que entre todas fue tu destino servir de luz a mi destino
Pequeño sueño que vas de aquí para allá como un relámpago en plena tempestad
Pequeño sueño que llevas de la mano esta pequeña mano
Pequeña mano que llevas del sueño este pequeño sueño
Sueño y mano vinculados a todo mundo
 
Todos los diamantes corren a verificar el cielo raso del carbón
Ellos tropiezan y se esparcen en un dormitorio fascinado
Esta casa existe desde hace tiempo
Entre las otras casas del cielo
Entre la alta y la baja marea
Con el beneplácito de la luna
 
Ella abría sus manos y todas las flores corrían del parterre a secundar su cuerpo
Ella me sonreía y todos los labios de todas las mujeres reflejaban su sonrisa
Yo la recordaba y todas las estrellas de todas las noches me señalaban su presencia
 
En el sentido de la luz en el agua
En el sentido del papel que corre a la aventura de la llama
En el sentido de los senos que hacen crujir la seda de los sueños
En el sentido de la pared que mastica la cal y la resume
En el sentido de tus labios porque los he besado
En el sentido de la luna cuando intercepta la tierra
En el contrasentido de los cinco sentidos
En el sentido de tu noche y también en el sentido de tu día
En el sentido del paraíso que se escurre en tus ojos
En el sentido del árbol y en el del nido
En el sentido de la liberad humana es decir del amor
En el sentido de la llama
¡Qué esperas chimenea!
Sí yo también yo era ese viento a la deriva
Antes de pasar por tu molino
El sueño del amor giraba sin albergue
Girasoles de siempre vivaqueaban en un jardín de nunca
Y ese plato de Barcelona era nada menos que un gallo estrepitoso
 
En una densidad de sueños la vida se hacía múltiplo de placer
La calle corría loca a entregarse a sus transeúntes
Las golondrinas estallaban en un verano apenas contenido
El viento había detenido a medio terror su canción pordiosera
Medianoche y mediodía unían sus mitades en honor de los amantes
Prontos a declarar que el amor era una estrella errante
Una estrella de toda dicha
Una estrella doble como el tú y el yo
 
El tiempo ha pasado con ese ruido de latas de galleta
El tiempo ha pasado y sólo el amor es su sobreviviente
Sólo por ti mujer yo he sobrevivido
 
En la frente temprana de la dicha
En la playa que estaba dispuesta siempre a jugarse su verano
Es decir su verano por el todo
 
Yo nada más bello he visto en el mundo que ese cuerpo de mujer cuando sobre el jardín aparecieron las primeras estrellas
Solos los dos estábamos cuando las primeras estrellas aparecieron
La tarde subía su balde lleno de agua desde el fondo del pozo
El balde se entrechocaba en las paredes
Y hubo un instante en que creímos que esto podía durar eternamente
Aquel instante lo era todo para nosotros
 
La boca de la mujer amada
Me ha dicho en un sueño este poema
El sol giraba contra tu belleza toda la oscuridad del mundo
Ese barco lleno de nidos era a su vez un pájaro
Los dientes de leche de la aventura
En una ráfaga de sábanas
El invierno por fin se había desprendido
Como la portada de papel de un libro de aventuras
 
Esa mujer había soltado sus cabellos en aquella mañana voluptuosa
Ella puso gravemente su mano en la mía
Todo nos reunía
Su mano era una mañana eterna
Yo pensé entonces en cuanto la vida me había hecho esperar por esa mano
 
Rocas con cadencia de nubes
Pensativas frente a un mar jadeante
Mar espiritual con ese gusto de pipa bien quemada
En la osatura de la casa

 

De La simple vista, Ediciones donde los poetas, Santiago, 1951, 6 h.