XI

Las alucinaciones cesaron
Sin embargo el mal persistía
No vacilaba en afirmar que todo lo que veía
Lo que lo circundaba (naturaleza, animales, cosas)
Era la realidad ya que al tocarlos se presentaban duras
Pero los otros le decían que todo era inexistente
Que su mundo no tenía nada que ver con lo real
Que la realidad era la que ellos mostraban
Y discutieron y discutieron
Hasta que cansados de tanto afirmar y negar
Subieron a la montaña en donde meditaba un anciano
Que era renombrado por su sabiduría
A él pues le expusieron el diferendo
Obteniendo por respuesta:
"Ni la tuya ni la de ellos es la realidad
"Eso es pura ilusión
"Los hombres -que tampoco son realidad-
"Desde hace siglos esperan
"Lo que será la gran realidad,
"La inobjetable,
"Ésa será la verdadera realidad
"Pero, ¡cuidado, porque ella ahorca!"
 

De La caja chica, 1989