XXVII

Las almas de los perdidos y las almas de los olvidados
Se reúnen
En el jardín de todos los venenos.

Es un extraño jardín
Con plantas raras
Con plantas con esófagos y bocas con los labios pintados
Plantas con muchas manos
Que atrapan a los pájaros
Y cruelmente los devoran.

Es un territorio al otro lado de la memoria
Ahí donde no caben recuerdos ni nada que apunte en el horizonte y donde se beben licores fuertes
No se admiten pordioseros
Se lee en letras fosforescentes sobre el muro.

Sólo la serpiente reina a sus anchas
Nadie si no ella dirige el juego
Mientras grita sin detenerse
Pasad, señoras y señores, pasad
Aquí está la maravilla de las maravillas
Aquí está, señoras y señores,
El jardín de todos los venenos.

 

De Los pordioseros, 1987