VIII

Aparta de mí a la serpiente como el sordo del sonido
Llegarás al amor buscando la campanada de la una
Entonces los corazones se enardecen
Y los enamorados intercambian su volumen de caricias
Mientras manos, miembros y orejas hacen lo demás
Y las frentes se humedecen
Hasta llegar al gran beso
El beso absoluto.

Comenzamos a pisar la selva de las pasiones
Entonces todo se trastorna
Y los ojos alcanzan un brillo especial
Lloramos y reímos al mismo tiempo.
Aseguras que me amas desde el comienzo del mundo
Yo lo sé, por cierto que lo sé
Porque también
Yo te amo más que el diluvio universal.
 

De Los pordioseros, 1987