El alcohol gotea en medio del corazón
Y el espíritu se levanta igual que el pan a causa de la levadura
Cuando el horno abre las puertas de par en par
Para que pasen las ideas
aún las más insólitas.

El águila ha desplegado sus alas
Y ya la serpiente no tendrá salvación
Es una lucha terrible entre las alturas y el desierto
Después el abismo lo define todo.

Amamos esta singular lucha
Como la de la luz con la obscuridad
Esa que nos ilumina o nos borra el nombre
Que nos hace elevarnos o hundirnos
Sin esperanzas de cambiar
Como la más cruel maldición
Que persigue al hombre
Hasta que sus labios pronuncian
La palabra
No.

De La mano enguantada, 1987