V

Frío en el análisis y caliente en la exposición
Son los principios que conducen a la vía real.

No el frío de la muerte que congela
Sino el frío del acero
Ese que cuando le sube la ira
Dispara chispas a diestra y siniestra.

No al calor de la lámpara que se debate con los espacios de la habitación
Sino el calor del sol que se ha lanzado con todo el cuerpo
A través del éter
Hasta lograr depositarse en los alvéolos de la colmena de la noche.

Con escalpelo en mano nunca vaciles
Desprende la carne que hiede
No dejes de fijar tu ojo furioso en el crimen a mansalva
Ni tampoco cortar el aliento
Cuando la inspiración
Brota a borbotones
De la corteza del árbol
Que te posee
Y que tú debes estimular
Con tu propia lengua.

 

De El árbol del pensamiento, 1987