IV

El juego del camello que pasa por el ojo de una aguja
O del alma a través de un túnel
O del amor a lo largo de un laberinto
Bien lo sabes
Es el Gran Juego de la vida
La vida que se nos retira
Y sólo deja objetos y el vacío de los seres
Que pugnan para llegar a fantasmas.

Él no sube del fondo del pozo y se instala en el labio
Es necesario contraerse sin cesar hasta desaparecer
Colgarse al talismán en medio de la furia del océano
Partir seguro aniquilarse.

Todo esto nos purifica
Y a fuego lento
El alma se endurece
Y se hace decididamente
Más transparente.

 

De Homenaje a Mayo, 1978