XLVIII

Te han trasladado a la isla de los que quieren vivir o morir
Todas las copas aquí se desbordan en la embriaguez
No se sabe si se muere por delirar o se delira por vivir
Lo esencial es que por la nada hay luz
La alegría del ser que ha roto todas las ligaduras de lo prohibido
El mar que se colma y petrifica todos sus peces
Sin esperanza
Te dejas llevar por el viento de la muerte
Y la fragancia de la vida.

 

De Zonas eróticas, 1971