XXXVIII

A costa del resplandor de sus alas
A costa de subir a cabezazos con el cielo
A costa de su imaginación humillada
A costa a costa de todo eso
Tú permaneces

Por ahora
Que prohíban la ceremonia del matrimonio de los árboles
O la inocente sonrisa de los niños
O el amor mío o el amor tuyo
La bandeja celeste de los enamorados
Todo lo abolirán
En este mundo corrompido por la lujuria de los enanos.

Sin embargo
Crecerá la planta crecerá la flor
Crecerá por fin la cólera
La bella cólera de todo amanecer
Y entonces sabrás que tu rostro transparente
Es necesariamente mi rostro.

 

De El calor animal, 1968 - 1969