XXIII

La palabra es el primer paso
En la vía de la pérdida de la razón
Oculta explosiva
Atenta día y noche
Y su carga de silencio
A los enloquecidos espectadores despierta
Cuando la niña descubre la estatua del misterio.

Entre una y otra palabra siempre correrá un río de sangre
Para que exista el puente que une la vida con la muerte
Y ese puente inevitablemente caerá.

¿En qué lugar estaba yo, palabra, aterradora palabra
Para que tú me sustrajeras del reino del silencio
Y me lanzaras sin piedad a tus desiertos
Donde sólo impera la lujuria?

¿A qué demonio has vendido tu alma
Tu alma que se torna azul cuando cantan los gallos
Y nada pesa por más que invoques tu carácter de invisible
Tu flor azul el azar de los azahares?

Acorta  tu sueño, palabra,
No sea que tu despertar sea otro sueño
U otra  palabra
Porque si el mundo empezó por una palabra
Terminará con otra
Fuego.

 

De El calor animal, 1968 - 1969