XIII

Para que exista la lámpara es necesario contar con la luz
Concentrar la nostalgia hasta hacerla líquida
Azotarla seis veces al día
Y tragarse un sueño do un solo golpe.

Para comprender este mundo es necesario golpear tres veces el día
Sobre el muro de las apariencias
Y echar a rodar el espíritu sobre el filo de los acantilados.

Para que el ruiseñor deje de cantar
Es necesario que un viento despoje de sus plumas
A la más clara de las noches.

Para llorar en el centro del universo
Es preciso que exista la risa
La alucinación del que siente
Que va a ser devorado en el alba por el espacio.

En fin para que yo olvide y te olvide
Es necesario que te aprenda de memoria.

 

De El calor animal, 1968 - 1969