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Aprieta tus carnes iniciado
Hasta que de sus poros broten a borbotones los sueños
Primer movimiento
Y el espíritu está en la posición exacta.

Cada pedazo de las cosas
Tiene su dosis de espanto
Y en la vida anterior todo te fue conocido
Precipita pues tu espíritu hacia tu propio espanto
Hasta hacerlo corresponder con el espanto de las cosas
Segundo movimiento.

En la hora que nadie te reconozca
Que no te reconozcas a ti mismo
No sientas piedad por el espejo
Que se incendia y consumido por las llamas
Arrastra hasta tu propia imagen reflejada
Fustiga tu alma, Iniciado,
Y sabrás.

Sabrás que nada es igual a sí mismo.
Ni tú mismo.
Sabrás que sólo la muerte es inmortal.
El cero en su lecho de plumas
Tercer  movimiento.

A cada corazón su trozo de absoluto
A cada absoluto su porción de espanto
Toca la campana con tu aliento
Y ahí está
Abierta la verdad de par en par
Cuarto movimiento.

Todo es uno porque uno es el deseo
Uno el amor una la muerte
La campanada de la una
Duna de la donna
Donas tu alma al recién nacido
Quinto movimiento.

Movimiento a la vida movimiento a la muerte
A los sueños que enfurecen
Al perro que te ladra por última vez
A la paloma extasiada
Sexto movimiento.

El barco ha partido
Y el espectro ha dejado sus huellas a la cebra
Al ser que se siente solo
Irremediablemente solo
Séptimo movimiento.

Son sus lágrimas que forman la pirámide
El terror que hace el pensamiento
La flor el corazón despavorido
Iluminado
Fuego a la vista de los ciegos
Octavo movimiento.

Y si has comprendido y si tu alma se llena de gozo
Nada te será desconocido
Porque conocida la nada por la nada absoluta
Estamos ya en el
Último movimiento.

 

De El calor animal, 1968 - 1969