EL HOMBRE Y SU VENTANA

El río que se alarga como una perla en el corazón
Llega hasta mí
A sabiendas que yo soy el que busca
Llega hasta mí como quien espera un viajero desconocido.

Mis ojos han quedado sobre la ventana
Estoy lejos de ti
Con mis pies que han atravesado el universo
Sabiendo que tú estás aquí
Que estás para recibir lo que he buscado en todos los ríos
En los puentes en los abismos del corazón
Y que exactamente
Te entrego con alegría.

 

De El A G C de la Mandrágora, 1957