I

Los seres permeables

Salido de la noche con el corazón destrozado
Me pregunto
Es el día o es el propio ser
El permeable a los rigores de la luz
Pues no hay transacción alguna
Se debate el uno y el otro
El dominio exclusivo de la permeabilidad.

Hubo en un tiempo razones
Para desprender la sangre de un ala
Que del misterio hacía
La habitación propia del ser.

Hubo un negro desplegarse
Que le arrastró a las zonas de lo desconocido
Y fue el prisionero de la tortura.

Llamado por el olvido
Se entrega a los placeres del orgullo
Hace del insulto el mejor comestible.

Va a los objetos
Con la misma pasión que penetró en las almas
Se enfrenta con la luz
Arrasará su cuerpo y  su pensamiento
En el espanto de los muros naturales.

Descanso de la noche
Y sin embargo no obtengo el sosiego
Estoy con la luz
Con el irremediable latido de la luz.

 

De En pleno día, 1948