LA TEMPESTAD

Como en otro tiempo se abrirán las aguas
A la señal de la hoja
Todo el espíritu se descargará de un solo golpe sobre los cielos del estío
Yo pasaré entonces por ese sendero donde las algas y los peces me tenderán sus manos despiadadas
Y me contarán las más extrañas historias de aventuras leídas en la infancia
Yo conoceré el secreto del mar.

A menudo suelo volcar mi alma en el espectro solar
A menudo me abandono a los caprichos del instinto al olvido de mí mismo
A la cacería de los pájaros liras.

Pero yo me pregunto
De quién es esta voz que tiende una celada a mi oído
De quién los insultos que por mis labios se proferían al mar
De quién el vendaval que azota las capas profundas del cerebro.

Nadie ha reparado en la vuelta de la mano a su origen vegetal
Ni en lo que sucedería si el ojo tuviera las mismas pretensiones
Acaso el amor perdería entonces el imperio sobre la razón
Sobre lo que me convulsiona
Tanto más
Como lo que sería capaz de producir
Una gota de agua en el fondo del vaso.

 

De L' espectro de René Magritte, 1934