LA SONRISA

Con el tiempo no quedará de los gestos sino las estatuas del recuerdo
El hombre y la mujer vivirán en estado invisible procreando hijos invisibles
Será la más absoluta de las alianzas
Sin temores sin la pesadez del alma
Sin la angustia que deprime el rostro.

En la hora blanca del mediodía
En la hora en que el sol apunte sobre la frente
Los hombres empezarán a recorrer toda la escala de colores
Y en sus corazones el arco iris será sólo un punto nostálgico.

Por eso nos arriesgamos nos entregamos de lleno al peligro
Al peligro de los astros al peligro de la tierra del agua del mismo fuego.

El sonido se despega del alma
Leva sus anclas
Y nos abandonamos al sueño sin saber por qué.

En dónde estaremos entonces amor mío
Cuando ya hoy tengo mi mano invisible
Sobre tu mano invisible amor invisible.

 

De L' espectro de René Magritte, 1934