LAS HIJAS DE LA MEMORIA

Ella desprende una mano del cadáver
Un beso asciende al trono de la selva
Su amor su relampagueante amor
Su sueño de almidón, alcanfor, lacustre, estupro
Y aun la mano fría, segmentada,
Líquida
Pero todavía su amor

Y entonces
Entonces sus pupilas entregadas a la lepra
Bendecirán para siempre su carne
Porque ella es adorable.

 

De Las hijas de la memoria, 1935-1940