J
ORGE CACERES, OBRA COMPLETA

Luis G. de Mussy Roa

APARTADOS BIOGRÁFICOS

Apartado biográfico Nº 1
Apartado biográfico Nº 2
Apartado biográfico Nº 3

Apartado biográfico Nº 4
Apartado biográfico Nº 5
Apartado biográfico Nº 6
Apartado biográfico Nº 7
Apartado biográfico Nº 8
Apartado biográfico Nº 9
Apartado biográfico Nº 10
Apartado biográfico Nº 11
Apartado biográfico Nº 12
Apartado biográfico Nº 13

Apartado biográfico Nº 14
Apartado biográfico Nº 15
Apartado biográfico Nº 16
Apartado biográfico Nº 17
Apartado biográfico Nº 18
Apartado biográfico Nº 19
Apartado biográfico Nº 20
Apartado biográfico Nº 21
Apartado biográfico Nº 22
Apartado biográfico Nº 23
Apartado biográfico Nº 24
Apartado biográfico Nº 25

 

Apartado biográfico Nº 1 (Subir)

Debemos señalar que hay constancia de que J. Cáceres y J. Heisler fueron amigos. De hecho, ambos son conocidos como casos notables dentro del surrealismo en que la exploración del lenguaje poético estuvo a la par de un desarrollo de imágenes visuales a partir de los collages, fotomontajes y varias otras técnicas experimentales de la época. A su vez, ambos murieron a muy temprana edad; 26 Cáceres y 39 Heisler. Para más detalles ver Apartado Epistolar, cartas de Jorge Cáceres a Enrique Gómez-Correa desde París.

“HEISLER, Jindrich, 1914, Chrást (Checoslovaquia) 1953, (París) Heisler tomó parte activamente en los destinos del grupo surrealista de Praga y de París, y su obra plena de creatividad, aunque fragmentaria, permanece casi desconocida en su conjunto, en ambos países. En 1938 se adhiere al “Grupo de los surrealistas de Checoslovaquia” y poco después, amenazado por los racistas nazis, se retira a la clandestinidad. Es autor de varios libros de poemas, cercanos a los de Péret por su expresividad, pero que no fueron publicados sino recientemente. Al principio de la Guerra acompaña con sus textos poéticos los trabajos de Toyen y de Styrsky, que aparecen en ediciones surrealistas clandestinas. En 1941 realiza, con Toyen el libro Z kasemat spánku (Las casas/casematas del sueño) en el cual sus poemas están encuadrados en paisajes infantiles oníricos en miniatura, compuestos de objetos menudos y de juguetes. A partir de ese momento H. comienza a consagrarse sistemáticamente, además de su poesía escrita, a las técnicas de la plástica experimental. Crea una serie de “collages”, fotomontajes y objetos entre los cuales algunos, por su carácter efímero no están dedicados sino a la documentación fotográfica. En 1943 descubre una nueva técnica que él llama fotograbado. Con esta técnica realiza un ciclo de visiones angustiadas, paisajes alucinantes en fuego en los que se refleja la aterrorizante irrealidad de la guerra y su propio destino. En 1947 parte con Toyen a París donde se instala definitivamente y se hace miembro del grupo surrealista de Breton. Participa activamente en los preparativos de la Exposición Internacional del Surrealismo en la galería Maeght (en particular en el Altar para Jeanne Sabrenas) y en su visita breve a Praga en el salón Topic. De 1948 a 1950 se convierte en miembro del comité de redacción y el mismo tiempo animador de la revista Néon. Las dificultades lingüísticas lo fuerzan a abandonar la poesía escrita en beneficio del lenguaje de signos y símbolos visuales. Es así que nacen sus Libros Objetos (1950-51), consagrados a Breton, Péret y Toyen en que las palabras del poema son remplazadas por menudos objetos dispuestos linealmente. En 1951 se inclina hacia la cinematografía y con Péret coopera en las actualidades cinematográficas mistificadoras y contempla la adaptación a la pantalla de la novela El otro lado de Kubin. Su muerte prematura interrumpe brutalmente la puesta a punto de sus intenciones”. Biro, Adam y René Passeron, Dictionnaire Général du Surréalisme et de ses Environs, Presses Universitaires de France, Paris, 1982. Traducción del original para este texto por Susana Wald.

“DUPRAY, Jean Pierre: Poeta, pintor y escultor. Nació en Rouen (Francia) en 1930. Se suicidó en París el 2 de octubre de 1959: Participó activamente en el movimiento surrealista desde 1949. Colaboró en las revistas neosurrealistas “Phases”, “Edda”. Bibliografía: Derrière son double (Le Soleil Noir, París, 1950. La fin et la manière (Le Soleil Noir, París, 1965). La foret sacrilège (Le Soleil Noir, París, 1970)”. Aldo Pellegrini, Antología de la poesía surrealista en lengua francesa, Editorial Argonauta, Buenos Aires, 1981, p 136.

JAGUER, Edouard, poeta, ensayista, crítico de arte y promotor del movimiento “Phases”. Nacido el 8 de agosto de 1924 en París. Descubrió el surrealismo al mismo tiempo que la pintura no figurativa en 1937-38. Formó parte transitoriamente del grupo de “La Main á Plume” y de “Le Surréalisme Révolutionnaire”. Desde entonces propició con gran dinamismo los movimientos que partiendo del surrealismo quisieron extender con carácter experimental y del modo más libre posible el terreno de acción de las actividades plásticas y poéticas. Así actuó como redactor francés de “Cobra” (1949-1951), fue fundador de “Rixes” (1949-1951) y en 1953 fundador de la revista “Phases”, órgano de expresión del movimiento del mismo nombre que se demostró especialmente fecundo en las artes plásticas y que logró un verdadero carácter internacional”. Aldo Pellegrini, op cit, p 297.



Apartado biográfico Nº 2 (Subir)

Acerca de lo que se ha publicado sobre Cáceres los tres intentos recopilatorios que se deben mencionar son los siguientes:

Ludwig Zeller, Textos inéditos, Oasis Publications, Toronto, Canadá, 1979; M. Cecilia Jorquera, Elvira Santana, Rosa Zúñiga, Antología de Jorge Cáceres y tres aproximaciones a su poesía, Seminario de Tesis para optar al Grado de Bachiller en Lengua Castellana, Universidad de Chile, Facultad de Filosofía, Humanidades y educación, Diciembre de 1980. De alguna manera este trabajo constituye una muy buena continuación del trabajo iniciado por Zeller. De hecho, los tres trabajos demuestran un gran esfuerzo interpretativo y recopilatorio.

A su vez, es obligación mencionar que en el año 2002 se publicó –no sin polémica– el trabajo recopilatorio Jorge Cáceres, Poesía encontrada de los autores Guillermo García y Pedro F. Montes. En este sentido, es pertinente puntualizar que esta iniciativa tiene varios puntos débiles que acentúan algunas confusiones sobre la vida y obra de este autor. Por ejemplo, a pesar que en la contraportada aparece el título de Obras Completas en el interior del estudio se señala lo contrario: “Lamentablemente no pudimos situar en la cubierta el lema Obras Completas, ya que sabemos con certeza de la existencia de un libro titulado Por el camino de la gran pirámide polar, publicado por Ediciones Surrealistas 1942, y que hasta el momento de la publicación actual, ha sido imposible dar con una copia del original”. Dicho sea de paso, un ejemplar se encuentra en la Biblioteca del Congreso Nacional. También es oportuno evaluar el escaso análisis que logra García en su exposición de “corte y pega” con la cual evita la verdadera discusión en torno a la vida y obra de Cáceres. Otro problema es el sin respeto por el trabajo previo de otros investigadores. Si bien hay un aparato de citas, no existe precisión de dónde provienen algunas de las citas más importantes del texto, quiénes son los autores originales de las ideas discutidas, de dónde se extrajeron las fuentes primarias. Así también, es poca clara la postura del autor frente a los registros que se deberían interpretar, por nombrar algunos de los puntos discutibles. Por otra parte, este libro carece de rigor editorial al presentar una serie de errores en la identificación de las imágenes; hay varias lecturas de fotos equivocadas y antojadizas.



Apartado biográfico Nº 3 (Subir)

Luego de quedar viudo, Ernesto Cáceres contrajo segundo matrimonio con Catalina Yupronic con la cual tuvo dos hijas: María Mercedes y Rose Marie. Como recuerda María Mercedes Cáceres de Babra, Lucho fue siempre –a diferencia de los otros hermanos– cariñoso y unido, buen hermano, respetuoso de su padre y sobre todo muy cercano a su hermano René y a ellas. Por su lado, Ernesto, Agustín y Guillermo no tuvieron mayor relación con esta nueva parte de la familia, quedando bastante relegados después de la muerte de su madre. “Lucho era muy cariñoso con nosotras, nos llevaba regalitos. En un momento encontré una carta que Lucho le envió a mi papá desde Europa, en la que mandaba muchos y especiales cariños para “mis niñitas queridas”. Incluso me acuerdo que nos trajo unas muñecas preciosas y a mi hermana le tocó una muñeca negra que ¡no le gustó! Por otra parte, la unión de René y Lucho era grande. Eran muy unidos…Yo creo que no fue coincidencia que Lucho haya escrito “René y la mecánica celeste”. Creo que fue como un mensaje, como un homenaje a la tan buena relación que ellos tenían. René era fotógrafo y también tuvo muchas facilidades artísticas pero las canalizó por la fotografía. Trabajaban juntos y ayudaba a Lucho en los collages y con los fotomontajes. En esa parte lo complementaba mucho. Gracias a René tenemos una gran cantidad de fotos de Lucho, más de lo que habitualmente se tiene en una familia. Eran muy, muy unidos... En la época que vivió en la casa, para mí Lucho era el hermano fascinante. Lo más entretenido eran las incursiones a su dormitorio. Tenía cosas entretenidísimas: colecciones de mariposas, de fósiles, de frascos con ágatas y otros con piedras de colores que a mí me parecían maravillosas pero que no eran más que esas piedras de río, esos vidrios que el agua moldea. También tenía una gran cantidad de discos y una vitrola que a mí me llegó totalmente desarmada y que conservo en mi taller”.

Santiago Aránguiz Pinto. Entrevista a María Mercedes Cáceres, Inédita, Santiago de Chile, Enero 2002.

Asimismo, es clave consignar que por parte de los hermanos Cáceres Toro la pérdida de su madre fue vivida como una crisis total. Al punto de sentir, según lo comentado por Guillermo Cáceres T., que su padre prácticamente los abandonó para hacerse cargo de su nueva familia. De hecho, al entrevistar a este testigo, fue posible entrever que dicha situación conflictiva fue determinante en la evolución posterior de todos los hermanos. Sofía Cáceres, hija de Agustín Cáceres T. es de la misma postura En todo caso, lo definitivo es que Jorge Cáceres fue un individuo que, no obstante asumir los dolores y las pérdidas repentinas, fue capaz de seguir adelante y de no entramparse en las dificultades que todo ser humano debe vivir y enfrentar. De hecho, se mantuvo muy cercano tanto con sus hermanos Cáceres Toro como con sus hermanas Cáceres Yupronic. La única referencia que tenemos del autor sobre su madre, está en el trabajo inédito El poblador derrotado.



Apartado biográfico Nº 4 (Subir)

Por su parte, Alberto Baeza Flores tiene su propia impresión –bien especial– con respecto de las dos anteriores. “Amigo de Jorge Cáceres era, entonces, un poeta de casi su misma edad: Luis Oyarzún. Yo era amigo de Nicanor Parra y de Jorge Millas, que eran profesores secundarios en el colegio que estudiaba Cáceres y donde también estaba Oyarzún. Ellos habían establecido una especie de taller literario y asistí, según recuerdo, a una obra –breve– que me parece había escrito Jorge Cáceres, cuyo prematuro talento creador, en poesía, era admirable”. Alberto Baeza Flores en Stefan Baciu, Surrealismo Latinoamericano Preguntas y Respuestas, Ediciones Universitarias de Valparaíso, Cruz del Sur, 1979.

Como recuerda Nicanor Parra: “...Él (Cáceres) empezó a circular con nosotros a fines de la década del 30, en un lugar que llamábamos El Martillo en el Internado Nacional Barros Arana. Ahí nos reuníamos Jorge Millas, Carlos Pedraza y Luis Oyarzún, entre otros. También estaba el Teatro griego que funcionaba en el pabellón de dibujo del Barros Arana. Jorge Cáceres y Luis Oyarzún eran regalones de Pablo Neruda, salían a recorrer librerías de segunda mano. Era la época en que Jorge Cáceres tenía que ver con Rafael Alberti y Federico García Lorca. Yo tengo en mi biblioteca un libro de ese tiempo. Escrito a máquina y empastado por él mismo”. Parra, Nicanor, en Véjar, Francisco, “Jorge Cáceres: El delfín de la Mandrágora”.

Por su parte Gonzalo Rojas, ve al joven Cáceres en los tiempos del internado como un joven encantador, singular y siempre impecable. “El mismo año 38, tengo yo 20 años y soy inspector. Eso quiere decir que me ganaba la vida cuidando niños, pero de una manera muy suave, había que encender las luces y apagarlas en la noche. El salón tendría unos cuarenta muchachos que tenían que dormir. Era muy lindo porque concurría gente de toda América Latina. Yo trabajaba lunes, miércoles y viernes, era un trabajo muy chiquito, y eso me permitía estudiar en la universidad y, al mismo tiempo, no recibir dinero pero tener cama y comida. Bueno, el hecho es que ese año, yo estoy un día –este es un percance real– acostado en mi covacha, cuando serían las 11:00 de la noche y viene Jorge a mostrarme sus escritos. Apenas tenía quince años, era un niño encantador y me pareció singular por todos lados. Estaba impecable con su bata, muy elegante. Yo le dije: muéstrame tus papeles. Los miré y eran una repercusión del modo de decir de Alberti, del primer Alberti, del Alberti del Libro de los Ángeles. Entonces durante la alta noche –mientras los otros muchachos dormían– yo le dije: es que esto no es tuyo, esto es de Alberti y cuidado con Alberti porque en Alberti resuena demasiado un poeta grande de los siglos XVI y XVII que se llamó Gil Vicente. Entonces me dijo: “¿qué puedo hacer entonces? Pero yo también sé que usted está en un grupo que se llama Mandrágora”. Efectivamente le contesté, aquí hay una revista, y aquí hay otra revista, llévatelas te las presto. Volvió a los quince días y venía con unos poemas hechos en una factura de qué sé yo... Eluard. Me di cuenta que era un talento literario de veras”. Luis G. de Mussy, Entrevista a Gonzalo Rojas II, Santiago de Chile, Inédita, Agosto 2001.

Para más información sobre este periodo revisar epistolario, cartas de Jorge Cáceres a Luis Oyarzun. Se supone que por esta época Cáceres habría editado El campanario de la soledad. No existe mayor registro al respecto.



Apartado biográfico Nº 5 (Subir)

“Fuera de ellos, mis mejores amigos de aquí son alumnos: Jorge Cáceres, Domingo Piga, a quien te presentaré cuando vengas, y Danko Brncic. De los tres prefiero a Piga, por su mayor bondad y comprensión humana. Admiro en Cáceres su maravilloso genio poético y lo quiero como un gran amigo. Es menos humilde e inquieto, cosa natural, la primera, en un muchacho como él que ya se siente elevado a uno de los más altos puestos de la poesía chilena y aún americana. El próximo mes publicará su primer libro que se llama El Angel de las trincheras. Producirá un revuelo enorme... Seguimos siendo amigos de Neruda. Somos los preferidos de la casa”. Extracto de la carta de Luis Oyarzún a Arturo Andraca, 27 de marzo de 1938. En Luis Oyarzún P., Epistolario Familiar, Dibam, Santiago, 2000, p. 45-47.



Apartado biográfico Nº 6 (Subir)

“Nicanor nos trajo en ese entonces el Cancionero sin nombre –dedicado a Millas, Omar Cerda, Carlos Pedraza, Victoriano Vicario, Cáceres, Carlos Guzmán y yo– y Gonzalo (Rojas) todos los esplendores y todo el humor negro y libre del surrealismo. Nuestro próximo dios sería Paul Eluard y nuestro evangelio “La vie inmédiate” que alumbró noche a noche nuestros insomnios. Sería muy largo describir las extrañas alucinaciones sugeridas por nuestras lecturas nocturnas de La divina comedia alternadas con Los cantos de Maldoror. Era una orgía de imágenes que desarticulaba, por cierto nuestra conducta. Si a todo eso agregamos la frecuentación continua de Rimbaud y Baudelaire, comprenderemos bien la vertiginosa ebriedad de nuestros sueños y la confusión que logramos provocar entre realidad y fantasía. A todo esto había aparecido también entre nosotros, invocado por Gonzalo Rojas, no sé ya muy bien si el fantasma de Braulio Arenas o el propio Braulio –¡Se parecen tanto!– a través del Castillo de Perth –publicado en Multitud– y de El Adiós a la Familia que leímos en Atenea. Con él nos llegaban Breton, Péret, René Daumal, Aragón y también Ana Radcliffe. Las Ruinas de Palmira, las Noches, de Young y toda la poesía trovadoresca y las novelas de caballería que constituyen la aureola particular de Braulio. En ese momento nos separamos. La revista Mandrágora había debutado con violentos ataques a Neruda, y había que elegir. Jorge Cáceres partió con su trineo vertiginoso y, después de esos años de ingenua locura, nos vimos sólo de tarde en tarde, Éramos tan exageradamente jóvenes que no contábamos con que la juventud puede también ser rota por lo irreparable”.

Extracto del artículo de Luis Oyarzún P., “Crónica de una Generación”, p. 187.

Por su parte, Parra tiene también una imagen de la situación “Después Braulio Arenas, lo convenció de que nosotros éramos unos analfabetos y se sumó a Mandrágora. Y Mandrágora era anti Neruda, por lo tanto pasó a estar en contra de Pablo Neruda. La idea que flotaba en esos años era que el poeta de la Mandrágora era él. El espíritu santo estaba con él”. Parra, Nicanor, en Véjar, Francisco, “Jorge Cáceres: El delfín de la Mandrágora”, El Mercurio, 13 de Septiembre de 1988.



Apartado biográfico Nº 7 (Subir)

“A partir de los últimos años de la década del treinta y parte de la siguiente, en Chile existieron muchos tipos de expresiones –grupos, para algunos; individualidades, para otros– que buscaron reinterpretar y dar sentido a la realidad nacional del momento. Los hubo de todas las especies y de los más variados caracteres: literarios, políticos, musicales, arquitectónicos, sociales, militares, científicos, religiosos, xenófobos, historiográficos, poéticos, culturales, deportivos, teatrales, etc. Nuevas voces y variadas tendencias en el país... En especial, fueron jóvenes del quehacer nacional que estaban hartos con las precarias expectativas que les entregaba el sistema; no les bastaban. Para ello, qué mejor que compremeterse en una causa que diera sentido a su existencia. Unos eligieron la política (Eduardo Frei Montalva escribió su primer ensayo en 1935: Chile desconocido). Otros, como los mandragóricos, los poetas de la claridad, Eduardo Anguita y Nicanor Parra eligieron la poesía. Sin ser menos, los Nacistas encabezados por Jorge González von Marées, alcanzaron gran importancia en la escena capitalina: el 5 de septiembre de 1938 en la Matanza de la Caja del Seguro Obligatorio, donde se sacrificaron –en el más heroico de los sentidos– más de 50 estudiantes universitarios. Al respecto, y para acercarnos un poco más al ambiente de la época, nos parece útil citar a uno de los sobrevivientes de dicha matanza, ya que su testimonio ejemplifica muy bien cómo era el pathos del momento, la sensibilidad de los años a que nos estamos refiriendo. “Todos lo hacían. Todo el mundo usaba uniformes, los socialistas, los comunistas, los falangistas, la milicia republicana. Los socialistas tenían como canción La Marsellesa. Los comunistas, la Internacional Comunista. Nosotros teníamos nuestros propios cantos, nuestros propios músicos. Había que reconocerse porque luchábamos en las calles. Salíamos en las noches a tomarnos, a ganarnos las calles, íbamos a propagandear el diario El Trabajador y a gritar: ¡Viva el Nacismo! Lo hacíamos de noche porque estudiábamos en el día y porque los obreros trabajan a esa hora. La parte brava era la Avenida Matta. ¡Ahí habían cuchillazos! Tuvimos cinco muertos, tres en Valparaíso y dos en otras partes de Santiago. Sólo por disputas... En cambio, la muerte de Barreto fue otra cosa. Unos uniformados fueron a tomar unos tragos a un recinto socialista. Los socialistas que eran mucho más numerosos y vestidos de civil, los echaron a patadas. Los otros fueron a buscar refuerzos y se dispusieron contra los socialistas. Todos se arrancaron menos Barreto. ¡Disparen, disparen! y alguien disparó contra el menos ofensivo, contra el más poeta de todos, contra Barreto. Nosotros lo lloramos. Eso fue el año 1936”[81].

En el plano interno, el contexto político que abrazó tanto a Mandrágora como a muchos otros jóvenes del momento, fue el Frente Popular y su nueva alternativa en la dirección del Estado Chileno como en la reestructuración económica y socio cultural del país. Ibáñez y Alessandri estaban lejos; cada uno en su momento, se vieron obligados a salir de las fronteras territoriales. Chile –por primera vez en casi dos décadas– estaba libre, por poco tiempo, de la influencia de estos dos estadistas. Con el año 38 llegaron las esperanzas y los sueños. Habían ímpetus de cambio, se quería renovar. El aparato gubernamental desarrolló un crecimiento que a la postre sería propio y particularmente característico del impulso radical. La Burocracia estaba en el poder. Nació la CORFO. Como señalamos, la elección de Pedro Aguirre Cerda y sus aliados políticos, fue la segunda tentativa de características revolucionarias que ocurría en lo que se llevaba del siglo. Primero, en los años veinte, había sido Arturo Alessandri P., El León de Tarapacá. Ahora lo era Pedro Aguirre Cerda: don Tinto.

Económicamente, aún se veían luces de la gran depresión. A fines de los años treinta Chile recién recuperaba los índices de producción y los niveles de desarrollo que poseía en 1929-30. Ni la dictadura de Ibáñez, ni las Repúblicas Socialistas, ni la segunda presidencia de Arturo Alessandri P. pudieron solucionar el desequilibrio fiscal, el desempleo y la creciente inflación.” Luis G. de Mussy R., Mandrágora: La Raíz de la Protesta o El refugio Inconcluso, Oasis Oaxaca, Universidad Finis Terrae, México, 2001. pp 35-36.



Apartado biográfico Nº 8 (Subir)

“Los viajes desde la periferia hacia el centro del país son cada vez más frecuentes. Obviamente los intelectuales están en la misma condición. Muestra de esto, es que tanto los mandragóricos como una gran cantidad de escritores del periodo vienen de provincia. Pablo Neruda y Teófilo Cid, de Temuco y Parral respectivamente; Braulio Arenas, de La Serena; Enrique Gómez-Correa, de Talca; Pablo de Rokha de Licantén; Gonzalo Rojas, del sur; Fernando Onfray, de Valparaíso, y así muchos otros. Nuestra capital es el epicentro –como nunca había ocurrido en forma tan evidente y concentrada– de la vida cultural chilena, especialmente de la literatura, de la política, de la vida universitaria y de las artes en general. De este modo, la capital se convierte en un semillero de producciones de carácter literario e intelectual como también de todo tipo de manifestaciones artísticas y culturales. Santiago tiene luces propias. Nuestra ciudad deja de ser una pequeña urbe y se transforma en un polo de atracción para escritores, artistas, historiadores, políticos y pintores que buscan –en este nuevo y particular emplazamiento urbano– poder realizar sus sueños y esperanzas. Santiago efervescente.”

Luis G. de Mussy R ., op cit, p. 41.



Apartado biográfico Nº 9 (Subir)

Puntualizando un poco más, el testimonio mandragórico fue, entre otras cosas, Un discurso de saber. La posesión del saber posibilita una acción que se realiza en el presente pero cuyos resultados se verán en el futuro... El surrealismo chileno se muestra a través de sus manifiestos orientado por la misma motivación del surrealismo francés: producir un cambio de conciencia a través de la investigación de sus zonas límites como el sueño, el delirio, la locura, etc., que abrirían áreas de experiencia cognoscitiva tradicionalmente no incluidas en la cultura occidental[82]. Sin embargo, por muy técnica que parezca la cita anterior, esto no quiere decir que la puerta de acceso este sellada para el extraño; esto significa que la búsqueda por los caminos surrealistas es difícil: Hay que esforzarse para poder ver y darse cuenta que hay algo mas allá de lo que la propaganda y el discurso oficial califican –y determinan en nuestras cabezas, hoy en día podría decirse que programan– como lo real y necesario para la existencia humana. No cualquiera asume querer estar al otro lado del espejo... A su vez, como bien señala la autora recién citada, Marta Contreras, es posible distinguir en el hablar mandragórico otros dos tipos de discursos: uno polémico y agresivo, donde lo más ilustrativo fueron los ataques a connotados personajes e instituciones de la literatura nacional como Pablo Neruda, Samuel Lillo, Juvencio Valle y la AICH (Asociación de Intelectuales de Chile) y otro, donde lo más llamativo fue el planteamiento de las líneas generales –teóricas– que sostuvieron al grupo. En este último sentido, los temas más recurrentes fueron la poesía negra, el automatismo, los tópicos ocultos, lo prohibido, los sueños, el inconsciente, el azar, la libertad, el sexo, la violencia física y moral, el amor, la locura, la intelectualidad y los intelectuales, las religiones exóticas; en pocas palabras, todos aquellos temas poco conocidos y que en general no habían sido mayormente incorporados al conocimiento del ser humano de la época ni en Chile ni en el mundo... En el caso del discurso polémico y agresivo, los ataques se aglutinaron en una sección de la revista titulada: La visibilidad de los objetos. En esta parte de la citada publicación, aparecieron numerosos ataques literarios. El más conocido de los objetivos fue “Neftalí Reyes Cordero alias Pablo Neruda”. El futuro Premio Nobel constituyó su blanco predilecto; no aguantaban que usara la poesía con fines políticos o de partidos de la misma índole. Como aparece en la sección recién mencionada del cuaderno N° 1, “Retrato: Nos parece una obligación de buena moral hacer el retrato del integrante número uno, de cierto pez opaco que vive sembrando el odio y la calumnia. Es un hombrecito biscoso que ha vuelto a América después de una corta ausencia, sólo a hacerse propaganda y a sembrar la discordia con un grupo policial y un rebaño de súcubos organizados para desprestigiar a todos los que hacen sombra al hombrecito, que tiene alma y cuerpo de bacalao. Su especialidad es hacerse reclamo con los muertos y los agónicos, meterse como rata por todas partes, lamer los pies, darse vuelta la chaqueta y aferrarse de la solapa de las chaquetas de las personas que suben o se asoman al balcón para ver el modo de pescar algún aplauso sobrante. Donde él llega, llega la discordia, la intriga, la villanía, la calumnia, el enredo. Con estos antecedentes y una poesía de tía grasienta se quiere dar humos de poeta de trascendencia americana, de gran español... siempre que le sirva para llegar, para llegar un día a dar el último suspiro. Este quijote de algodón tiene dos Sanchos (aparte la banda policial) dos Sanchos de lana: un poetilla argentino, tontito alegre, servicial, y un peruanito parlanchín e intrigante, como conviene, que se proclaman el Stalin y Dimitrof del Pacífico” [83].

En el caso del hablar discursivo, lo más significativo al respecto fue la edición de una serie de ensayos, conferencias y sucesivos recitales poéticos. En especial, queremos mencionar el cuaderno N° 3 ya que este ejemplar de la revista consta de tres importantes ensayos realizados por Arenas, Cid y Gómez-Correa. Sobresalen temas como el ser humano y su libertad, la poesía y sus diferentes formas de expresión, las grandes ideologías del momento, la voluntad y los limites del pensamiento, la felicidad, el paraíso entre otros. Luis G. de Mussy R ., op cit, p. 77



Apartado biográfico Nº 10 (Subir)

Braulio Arenas, Teófilo Cid y Enrique Gómez-Correa, Defensa de la Poesía, (Tres Conferencias Leídas en la Universidad de Chile, El 7 de junio de 1939), Santiago de Chile, 1939.

“Problemas del Intelectual frente a los falsos Intelectuales”, Enrique Gómez-Correa: “Hace ya algún tiempo un grupo de jóvenes escritores hemos venido refrenando nuestros impulsos, nuestras mejores intenciones de verdad, para no pasar ante los ojos del pueblo, como los peores saboteadores de la justa causa que él defiende. La situación era francamente desmoralizadora, ya que ellos habían intensificado el juego subterráneo en una forma tal, que a la menor acusación, pasaríamos por antiunitarios de las fuerzas de la revolución, o bien, por unos pobres suministradores de argumentos de reacción, y víctimas también de la más denigrante de las envidias. ¿Pero, qué envidia podíamos tener de esos pobres mediocres, cuyas obras siempre nos habían producido el más lato desprecio?.. Por otra parte, debo confesar que nunca tuve inquinas personales en contra de ellos, y jamás me ha guiado un afán de conquistar popularidad, la cual, por otra parte, he considerado siempre como el peor de los venenos, para el verdadero escritor. ¿Cómo pueden quedar aún vanidosos, que se les dilate el pecho al menor de los aplausos, cuando un Nietsche al recibir solo uno de ellos, se formulaba inmediatamente, la desesperante pregunta: ¿No estaré haciendo trampa? Sin embargo, el juego sigue avanzando, ellos de un salto se proclaman los depositarios de la cultura, sus defensores, sus mismos creadores. Y para que el pueblo les crea, se escudan bajo las palabras sagradas de Revolución, Libertad, Poesía, Cultura, e igual a los monederos falsos disfrazan sus íntimas ambiciones, rodeándolas de citas de grandes autores, que falsifican por ignorancia y mala fe... Hasta el momento, no se han dado a conocer los nombres de esos usufructuarios de los auténticos trabajadores de la revolución. Se había hecho sólo alusión a ellos en forma muy velada, en atención al sello de inmunidad que les protegía. Creo que sería una cobardía moral seguir silenciando sus nombres por mayor tiempo. Denuncio, en este sentido, sin mayores consideraciones, el caso de Pablo Neruda, de González Tuñón, de Tomás Lago, de Diego Muñoz, de Gerardo Seguel, y de tanto otros, que, como los subproductos anteriores, obedecen sus órdenes, bajo la reserva, se entiende, de compartir los frutos del maravilloso juego... Hago un formal llamado a los partidos Socialista y Comunista, en cuyas manos está entregada la Revolución Social, para que con un espíritu de alta serenidad, juzguen los actos y la conducta seguida por estos mistificadores y envenenadores de la realidad. Lo hago no sólo en mi calidad de escritor, sino también invocando mi calidad de joven militante de esa juventud que defiende los derechos del pueblo”.

“Defensa de la Poesía”, Braulio Arenas: “Esta no es acaso la peor ocasión que una persona puede elegir para hablar de la Poesía. Nunca como ahora, ella se había encontrado en el lugar más amenazante, cercada por sus tradicionales enemigos, los que, por una extraña conjunción son los mismo enemigos del proletariado... El medio del que se vale esta gentuza es bien simple. Ellos se escudan detrás de la palabra Revolución para pretender desde ahí hacerse intocables. Es una fea táctica. Lo que nosotros atacamos es a ellos mismos, separándoles completamente de toda idea revolucionaria, a quien una vez más testimoniamos toda nuestra adhesión. De nada pues, les valdrá esconderse detrás de las polleras de una palabra. Y de nada tampoco les valdrá su inmoderado afán de aparentar ser lobos feroces, cuando a lo único que pueden aspirar es a ser unos inofensivos perros ...La Poesía, derivando y adaptándose y creando una mentalidad moderna, ha sido la que desde el primer instante se ha opuesto con valentía, valiéndose de su dialéctica propia, al avance un capitalismo corruptor, de una burguesía estúpida y de un fascismo negador de la vida... Maestros en las colectas de niños españoles, maestros en la dirección de revistas de agentes de policía, desde una de las cuales Diego Muñoz contribuía a divulgar los métodos de tortura para los obreros, maestros en el arte de robar tarros basureros, maestros en el arte de plagiar a los plagiarios, y de adular lo más bajo que hay en escritor, como es el caso de Gerardo Seguel, ese caso clínico de bajeza moral, ese masoquista del Frente Popular, que adulaba a Gregorio Marañón, únicamente porque Gregorio Marañón había firmado una apresurada adhesión a la España Republicana, España a la cual vendió apresuradamente también; maestros en el arte de infamar y corromper la vida, volved a sumergiros en el fango que les dio origen. Todas vuestras pequeñas escaramuzas, todas vuestras pequeñas miserias, la exhibición de vuestras lepras morales, no han tenido más valor que el hacernos reír durante algunos momentos; y ante la idea de que algún día podáis corromper con vuestras emanaciones pestilentes nos hemos apresurado, por higiene social, a reventaros bajo nuestras plantas”.

“Poesía, Revolución”; Teófilo Cid: “Ahora que las viejas contradicciones de poesía y realidad, sueño y vida cotidiana, absorben totalmente el panorama individual de la revolución, con rigor exclusivista y casi cruel, es posible referirse a los alcances medulares de esta misma revolución que a tantos equívocos se ofrece. Se escribe para vivir en exceso; para vivir este superfluo magnífico que constituye la poesía, y no para encontrar lo que ya se da a prior conocíamos. El arte es este guía atroz que nos hace vacilar ante los móviles, engañosos, espejos de una realidad asquerosa. Y si el arte, o lo que para muchos imbéciles parece serlo, no cumple con esta labor anárquica, substancialmente contradictoria, vanos serán los esfuerzos del artista por llegar a la ribera del océano de nitro en que se halla sumergido. Es justamente exagerando las contradicciones propias, como se arriba a esta posición de violencia que fija todo valor revolucionario”.

Urge señalar que estos autores limitaron este conflicto a los sectores de izquierda: “Volvemos a repetir que no admitiremos, por ningún motivo, la intromisión de elementos derechistas en la dilucidación de este asunto. Consideramos, que se trata de un affaire de índole privada, que afecta únicamente a la Izquierda y, a ella sola, debe entenderse dirigida su publicidad. No hemos pedido nosotros la rendición de cuentas de los fondos recolectados para los españoles facciosos.” El énfasis no es nuestro. [84]

Luis G. de Mussy R., op cit, p. 281-301.




Apartado biográfico 11 (Subir)

Braulio Arenas, Teófilo Cid, Enrique Gómez Defensa de la Mandrágora, Santiago de Chile, 1939. Hoja-documento.

“Don Raúl González Tuñón, escritor argentino de letras de tango, ocupó la tribuna del Salón de Honor de la Universidad de Chile el 30 de mayo para tratar de llamar la atención del público con algunas pruebas de circo. En una jerigonza, mitad policíaca y mitad cocainómana, pretendió ensuciar la reputación de algunos poetas y escritores que están a demasiada altura sobre él... Eduardo Anguita nos rogó que lo incluyéramos en el programa, porque, según nos manifestó, él quería exponer algunos problemas relacionados con el tema. Nosotros no nos solidarizamos con las expresiones de católico arrastrado, que es la característica de este escritor. Aceptamos que participara, únicamente guiados por nuestros propósitos de no impedir ninguna emisión del pensamiento de la nueva generación. La Alianza de Intelectuales en masa trató de interrumpir el acto pero su valor alcanzó solamente a lanzar unos cuantos silbidos ahogados, sin la menor trascendencia, y sin poder responder al menor de los casos que formulamos”



Apartado biográfico Nº 12 (Subir)

La edición de Ximena (Ediciones Mandrágora, 1939) fue hecha en honor de Ximena Amunátegui, a la sazón mujer de Huidobro. El tiraje fue de 50 ejemplares numerados con una foto de la homenajeada. El único ejemplar que se conoce, consta con el nombre del artista europeo Max Ernst en la tapa pero no aparece ninguna participación suya. En todo caso, se nota claramente que le falta una hoja al documento.

Poemas:
- En el mejor de los mundos, Braulio Arenas.
- Solo ella sabe lo que yo no sé, Teófilo Cid.
- Por la pluma se conoce el ave, Enrique Gómez-Correa.


Alguna virtud, Jorge Cáceres:

La necesidad en persona
Los grandes recintos de luz
Una rosa inteligente tres veces alrededor.

En el centro de la ciudad
La imagen de una bella niña
Cuyos pies cubren una plaza
Atravesada por grandes rocas
Cuya cabeza está apoyada en el desnudo del ave.
A lo largo de los campos visuales
El sol está escrito
Sobre las rocas del desierto
El bouquet óptico
De tus labios a grandes trazos
Sobre la representación
De la armonía sin excesos
El bouquet óptico
De la verdad ilusoria
Sin relación anatómica
Las manos libres
El bouquet óptico
Sangre sobre tela negra
Y las contradicciones elocuentes
Huyen de la virtud
Devorada por los patos infames
Y sus golpes de llama.

Un árbol de leche abraza su pie
Un árbol de sangre abraza su cabeza
Un cojín de antiguas afecciones
Los lugares más queridos
Sin los objetos queridos
Un desierto para la prisión de mi cabeza
Un pie de duras cortezas sobre el mar su sandalia inolvidable
Tranquilamente más bella que jamás
Basta cubrir un alba semejante.



Apartado biográfico Nº 13 (Subir)

En diciembre de 1939 apareció el ejemplar Nº 2 de Mandrágora en el cual no hay ningún trabajo de Cáceres. Seis meses después, en Junio del año 1940, la productividad se enciende con la publicación de Mandrágora Nº 3, y se perpetúa en los anales de la literatura chilena cuando en julio sale a la vista Mandrágora Nº4, relatando la versión exacta de lo que ocurrió en el atentado contra Neruda con ocasión de la despedida de éste último antes de partir en misión diplomática a México.

En 1940 Enrique Gómez-Correa publicó su Memoria de Título para recibirse de abogado: Sociología de la locura y el libro de poemas Hijas de la memoria. Por su parte Braulio Arenas editó El mundo y su doble, y Humberto Díaz-Casanueva El blasfemo coronado.

Como grupo, lo más significativo fue la edición del cuaderno Nº 4 de Mandrágora, titulado: “Única versión exacta de los sucesos del miércoles 11 de julio de 1940 en el Salón de Honor de la Universidad de Chile”, el cual estuvo destinado en su totalidad a la polémica desatada a raíz de una intervención del grupo en contra de Neruda y “su banda”. A quienes volvieron a tildar de todo tipo de epítetos. Hablaron de higiene social, de cómo lo falso atrae a lo falso.

Narración de la primera parte del programa. Este espectáculo circense comenzó bastante tarde, pues, como excelentes policías que son, ya sabían que cuatro miembros del grupo de la Mandrágora iban a hacer manifestaciones y esperaban reclutar unos cien matones, más o menos, para impedir nuestra protesta... Narración de la Segunda Parte del Programa, Esta es la parte que verdaderamente tiene interés. Don Neftalí Reyes Cordero (alias Pablo Neruda) se puso de pie en medio de ese conocido olor a miedo que le caracteriza. Anteriormente ya habían circulado por la sala esos papeles de la policía bien organizada de que disponen. Los “matones” del “Black and White” se prepararon para ser Ecos de la Voz del Amo. Gerardo Seguel, el conocido eco, hacía frecuentes viajes a la calle, acarreando cohechados para este magnífico homenaje de despedida. Diego Lagos Muñoz, con su conocida experiencia de detective, dirigida en cuerpo y alma, como un Waldo Palma cualquiera, los toques finales de la defensa. Neruda Cordero se puso de pie y en ese momento Braulio Arenas avanzó hacia el estrado y dijo textualmente: “Yo protesto porque Neruda se atreva a usar la palabra sin antes haber dado cuenta del resultado de las colectas que organizaba a favor de los niños españoles... La polémica estaba planteada. Todo el mundo que se encontraba en la sala (hablamos de las personas decentes) esperó inmediatamente que el señor Cónsul explicara y contestara la pregunta de nuestro amigo, dada la gravedad que ella encerraba. Pero en vez de eso, y como si eso significara el más grave delito, el señor Cónsul Cordero se le puso la carne de cordero y todos los “matones” reclutados perseverantemente por don Waldo Tomás Muñoz, se abalanzaron, en un número no menor a cien, contra aquel que se atrevía a hacer estas preguntas indiscretas... De la parte trasera de los pantalones del autor de “Los veinte poemas de Tagore y un Sabat Ercasty desesperado” salía un fetidísimo olor a gato encerrado. Las viejas se desmayaban, los matones atacaban y nosotros reíamos... Actuación del Grupo de la Mandrágora. Todos los participantes del grupo, obedeciendo a uno de los principios de higiene social y moral, ineludibles a todos aquellos que quieran pertenecer a nuestro grupo, que se encontraban en la sala, estaban dispuestos a proceder de la misma forma que procedió Arenas, en caso de que este hubiera fracasado en sus propósitos: yendo hacia delante hasta consumar el acto de protesta. Conseguida esta finalidad inmediatamente, los cuatro integrantes del grupo se levantaron para defender a su compañero, atacado en ese momento por cien matones y un barbudo. Mientras esto ocurría, don Samuel Lillo le improvisaba apresuradamente un poema a Neruda, el que éste leyó como si fuera suyo.” Mandrágora Nº 4, pp. 1-2.

En Aclaraciones, Braulio Arenas señaló nuevamente la polémica planteada en la casa de estudios y desmintió ciertas tergiversaciones del diario La Nación. Asimismo, planteó que su problema con Neruda era personal y no involucraba a los partidos de izquierda. “Intervine de la forma en que lo hice, únicamente para protestar por la forma salvaje y cochina en se me atacó. Yo, en todo momento quise plantear una polémica, pero desde ahora estoy convencido que no es posible argumentar con esta clase de personas... He roto un discurso imbécil, porque tengo derecho a hacerlo, desde el momento que soy un poeta... Se comprueba con lástima que el chamudismo avanza al leer la versión de Frente Popular. Vuelvo a declarar que jamás he pretendido atacar a los partidos revolucionarios, como cochinamente se quiere hacer parecer.” Mandrágora No. 4, p 3

Notable resulta revisar la página 5 de este ejemplar; en ella aparece la frase de Vicente Huidobro: “La Alianza de Intelectuales es el ejército de salvación de los cretinos y las cretinas que quieren salvarse salvando la mierda”, como también un análisis, supuestamente realizado por Volodia Teitelboim, de las similitudes –se habla de plagio– entre los poemas 16 y 30 de Neruda y los escritos de Rabindranath Tagore.

Clave resulta constatar que no hay mención alguna ni de Cáceres ni de Neruda del hecho.



Apartado biográfico Nº 14 (Subir)

1- Revista Leitmotiv, Boletín de Hechos & Ideas, Nº 1 Santiago (Chile) diciembre de 1942.
Director Braulio Arenas.

- Justificación del tiraje, sin firma de autor.

Trabajos
- Actividad crítica, Braulio Arenas.
- El Entusiasmo, Enrique Gómez-Correa.
- Prolegómenos a un tercer manifiesto del surrealismo o no, André Breton, traducción autorizada por el autor.
- Correspondencia, S.S.
- Objetos familiares objetos familiarizados, Jorge Cáceres.

Poesía
- “Premiers Resultats”, Benjamin Péret.
- “Dos Reglas de Poética en Vidrio para un Poema”, Fernando Onfray. Collage
- “El Palacio de peau D'ane”, Jorge Cáceres.


2- Revista Leitmotiv, Boletín de Hechos & Ideas, Nº 2-3 Santiago (Chile) diciembre de 1943. Director Braulio Arenas, Mujica 0373.

- Soirée Surrealista, Santiago de Chile, Junio 28, 1943. Participantes: Braulio Arenas, Jorge Cáceres, Roberto Matta y Erich G. Schoff.

Trabajos
- La Entrevista, Braulio Arenas.
- Con armas iguales, Jorge Cáceres.
- Escolio, Fernando Onfray.
- Record' Life, Jorge Cáceres.
- Dernier Malheur Denière Chance, Benjamin Péret.

Poesía
- Transfiguración del Amor, Juan Sánchez Peláez.
- Colombes bruissement du sang...., Aime CESAIRE
- Los féretros de la caza, Braulio Arenas.
- Primeros transparentes, André Breton, traducción de E. Rossenblatt.
- Puerta de isla, Enrique Rossenblatt.
- Matta, Jorge Cáceres.
- La lista negra de la Mandrágora, Enrique Gómez-Correa.

Collages
- Mujeres, Braulio Arenas.
- Collage, Jorge Cáceres.
- Ubu Roi, Jorge Cáceres.
- Hechos & ideas, Braulio Arenas.

Dibujos
- Roberto Matta.

Fotos
- Primacía de la materia sobre el pensamiento, Man Ray.

Textos
- El amor deja una vacante, Jorge Cáceres.
- En la balanza de los excesos, Jorge Cáceres.
- Una máxima de Sade, Teófilo Cid.
- El marqués de Sade o el amor considerado como un vicio, Enrique Gómez-Correa.

En 1943 Enrique Gómez-Correa publicó –solo– Mandrágora Nº 7 a modo de “Testimonio de un poeta negro”.



Apartado biográfico Nº 15 (Subir)

Revista Leitmotiv

La juventud -esa bella salamandra que atraviesa el fuego sin quemarse
- no debe poner sobre la cuenta de sus errores sino aquellos que ha
cometido sin pasión.

Braulio Arenas, Revista Leitmotiv.

En esto de la temática surrealista presentada por el grupo Mandrágora, apreciamos un segundo momento correspondiente a lo que se publicó –entre 1942 y 1943– en los cuadernos de Leitmotiv “Boletín de hechos & ideas”, de los cuales Braulio Arenas C., fue el editor. Decimos esto, porque en las páginas de esta revista se aprecia un interés nuevo –Arenas habla de una variante– en la promoción de los planteamientos surrealistas. Puntualmente, no distinguimos ese derroche de violencia en el discurso, es como si esa iconoclasia sin perdón de la que han hablado algunos surrealistas franceses, tomara otra forma, otra resolución.

Al parecer, hubo un cambio en el carácter de la protesta, una toma de posiciones frente a la nueva contingencia que planteaba el sistema internacional de la época (1939-1945) y la Segunda Guerra Mundial. Más allá de las calificaciones, lo que nos importa es el hecho de que la intensidad con que se continuó la búsqueda de esta revuelta surrealista –quizás de manera más personal esta vez– no varió en lo fundamental. Al contrario, fue fuerte y definida. Lo notable fue el hecho de que los promotores se dieron cuenta de que la forma de intentar lograr un cambio, poético o de cualquier tipo, no era a través de un grupo particular, sino más bien por la vía través de la difusión de ciertas ideas en común. La plataforma debía cambiar, se había vuelto peligroso estereotipar el afán polémico; las modificaciones del medio social implicaban necesariamente la creación de nuevas tácticas, de nuevas proposiciones.

La propuesta fue insistir en la discusión, justificar el nombre de la revista –Leitmotiv – no la revista en sí. Su destino, como ellos se lo fijaron, fueron los hombres cuyo pensamiento buscara el gran objetivo: la libertad. Estos cuadernos recogieron con avidez y curiosidad una serie de manifestaciones creativas donde el propósito primordial fue mirar polémicamente los objetivos de este mundo. La idea era juntar textos que sustentaran una corriente subterránea de opinión, la corriente alterna como dice Octavio Paz. No sólo textos que fueran surrealistas, el criterio fue más amplio.

Su crítica esencial fue contra el sistema capitalista. En él vieron todas las explicaciones de por qué el ser humano seguía sujeto a la voluntad de un juez que lo manda a la cárcel, de un general que lo manda a la guerra o de un sacerdote que lo manda al infierno.[85] De este modo, plantearon que a través del conocimiento de esta incongruencia era posible jugarse el destino, con reflexión y pánico, en pos de todos aquellos actos que de un modo u otro, revalidaran la acentuación de la protesta.

Para ello, fue necesario que la búsqueda se acomodara a las nuevas exigencias espirituales que condicionaban del pensamiento humano y, sobre todo, a la escena que quedaba después de dos guerras mundiales y varias guerras civiles. La desesperanza era general en gran parte de la población; pocos podían creer y asumir lo que había pasado en los primeros cuarenta y cinco años del siglo XX.

Ahora bien, en cuanto al material en sí, destacan las colaboraciones de connotados escritores internacionales como: André Breton, Hans Arp, Benjamin Péret, entre otros; y de los chilenos Enrique Gómez-Correa, Teófilo Cid, Jorge Cáceres y Fernando Onfray. En cuanto al segundo y final cuaderno, es debido señalar que es una gran obra artística, ya que en su interior convergen diversas expresiones de la estética surrealista; poesías de B. Peret, André Breton, Enrique Gómez-Correa, Teófilo Cid, Braulio Arenas, Jorge Cáceres con trabajos, collages y dibujos de Roberto Matta, Erich G. Schoff, Man Ray, y de los mismos Arenas y Cáceres. Más de cuarenta páginas de puro surrealismo.

Para el caso de acercarnos a Leitmotiv, creemos muy útil seguir con la polémica planteada por Susan Foote en su artículo “El surrealismo en Chile y la revista Leitmotiv”, al discrepar con Sergio Vergara A. y Klaus Meyer Minneman, en relación a varias aseveraciones mencionadas tanto en el artículo de ambos, “La revista Mandrágora: Vanguardismo y contexto chileno en 1938”, como en el libro del primero Vanguardia literaria: ruptura y restauración en los años 30.

En primer lugar, planteamos la discrepancia respecto de que el grupo, posteriormente a los números 5 y 6 de la revista Mandrágora haya caído en un solipsismo y posterior extinción[86]. Nosotros creemos, al igual que Susan Foote, que esta segunda publicación del núcleo surrealista responde a una postura más matizada y asumida de manera personal frente a la realidad, y no un antecedente a la conclusión del núcleo mandragórico. No está de más mencionar que los trabajos son más contundentes y no se cae tanto en definiciones de carácter irónico-poético, lo que demuestra una postura menos intransigente y a la vez memos definitiva frente a los postulados que les seguía planteando el surrealismo. Sin embargo, si bien es cierto que el grupo ya no es la misma llama de 1938, aún para 1943, todavía existe cohesión suficiente como para realizar importantes y significativas exposiciones como también para seguir realizando obras literarias en conjunto o individualmente. Más que hablar de un solipsismo en Mandrágora, nos parece correcto pensar en un replanteamiento personal frente a los primeros ideales y en una suerte de decepción en la búsqueda grupal de sus propuestas surrealistas. Como señala Arenas, en su ensayo Actividad Crítica, Leitmotiv N° 1, el grupo surrealista chileno: “pretendió en Chile instaurar y resolver algunos de los problemas que la crisis de la actual mentalidad racionalista arrojaba sobre los campos de la moral y de la poesía. Pero sólo en la medida que los problemas permanecieron estáticos se hacía posible su estudio, desde el punto de vista, casi exclusivo, de la luz de nuestro grupo y de nuestra capacidad de lucha y absorción, como asimismo de nuestra asimilación de los golpes y adulos del medio. Pero una vez que yo comprendí que su dimensión era tan enorme, que pasaba mucho más allá de las fronteras de nuestra organización; comprendí, asimismo, que para atacar con buen éxito los problemas antinómicos del bien y del mal, del sueño y de la vigilia, del placer y del dolor, etc., que la moral arrojaba sobre las cabezas más avizoras del presente, era menester un pensamiento central, un pensamiento lo bastante poderoso como para atacar en todas partes al mismo Proteo de la cabeza desfigurante... Yo no pido a mis camaradas del grupo de la Mandrágora que superen, ellos también, la posición del grupo (y de todo grupo) y que vean que sólo una posición común e internacional y no un esfuerzo estéril y asilado conseguirá barrer tarde o temprano, con los fantasmas que torturan al hombre e impiden su libre tránsito. Únicamente les pido que crean que si yo estoy convencido de semejante planteamiento, es porque veo en la plataforma de lucha que me ofrece el surrealismo (cuya crisis en este momento espero que haga menos desinteresada mi adhesión) la posibilidad de todas aquellas preguntas inquietantes que fueron la razón de nuestro acercamiento en dicho grupo, y la seguridad que me asiste que un grupo, por mucho que él abarque a todo el género humano, no podrá resolver ninguna cosa, por cuanto un grupo es un vehículo para movilizar ciertos hechos y ciertas ideas, y no la razón de ser de estas ideas y estos hechos... Yo no les pido a mis antiguos camaradas que superen este “impase” por cuanto siempre hay un momento para que la poesía reconsidere sus errores por boca de sus poetas; siempre que estos no sean más que errores tácticos. Y, por sobre todo, yo no les pido eso, por cuanto yo mismo durante el año pasado y durante este año 1942 –abierto más promisoriamente que otro cualquiera para ser el comienzo de mi gran aventura–, he sido presa de las más violentas contradicciones, de las cuales he logrado salir con bastante trabajo. Yo confío que la juventud de todo el grupo sabrá darle la verdadera orientación a su destino. Y es sobre la formulación de semejante crisis que yo quiero abrir las mamparas batientes de una nueva revista de pelea”.[87]

Asimismo, para Gómez-Correa resultó necesario partir de aquella situación, iniciar la fuga; eso sí, dentro del mismo surrealismo. No a la renuncia, si al compromiso inicial, mantener la búsqueda de los absolutos por muy difícil que se ponga el camino. Era preciso buscar cómo integrar las propuestas surrealistas pero sin olvidar que dicha realidad era hija de las ruinas que dejaba la primera mitad del siglo XX: sus muchas guerras, sus al menos 150.000.000 de muertos y sobre todo, su intrínseca confusión; Hay que volverse loco de asco[88] frente a la realidad y así poder encontrar el entusiasmo necesario para lograr el equilibrio entre la razón y el instinto. Lo que resulta en la exaltación la vida a través de los más profundos y grandiosos sentimientos. La tónica de una profunda actitud de protesta como en Baudelaire se encuentra en: asumir que el amante del bello estilo se expone al odio de las multitudes, pero ningún respeto humano, ningún falso pudor, ninguna coalición, ningún sufragio universal, me constreñirán a hablar la jerigonza incomparable de este siglo (XX) ni a confundir la tinta con la virtud 88. La elección siguió siendo –a pesar de todo– la poesía, la aventura y el riesgo por el conocimiento... En segundo orden, y en estrecha relación con lo manifestado anteriormente, discrepamos con Vergara y coincidimos con Foote, en el sentido de que las conclusiones que aparecen en el artículo89 de Vergara Alarcón y Meyer Minneman no toman en cuenta, hay sólo una referencia, a la segunda publicación surrealista del grupo Mandrágora: Leitmotiv[89]. Quedando ésta totalmente fuera del análisis, no atribuyéndosele ninguna relevancia en la explicación de la existencia, evolución y posterior ocultación de los integrantes de Mandrágora. Antecedente que nos obliga a cuestionar cualquier postulado de los autores recién mencionados.

Luis G. de Mussy R., op cit, p 82



Apartado Biográfico Nº 16 (Subir)

“Él llegó al grupo y traía sus conocimientos tal como todos nosotros, que llegamos al grupo en el que nos juntábamos a escuchar discos. El traía sus conocimientos porque se había conseguido discos. Ya tenía interés, entonces a través de sus amistades se conseguía discos. Pero hubo una persona que fue la que nos proveía permanentemente de discos y ahí fueron las grandes reuniones que teníamos en la casa de René. Nos juntábamos para oír los discos que llegaban de Estados Unidos... No sé si tú conoces a Douglas Hübner, que es el hermano menor de ella. Es cineasta y era dueño de ese café que había en Lastarria. El es el hermano menor. Toda la familia Hidler fueron siempre intelectuales. Y la Adna se volvió loca con el jazz. Y como su padre era diplomático y viajaba bastante a menudo a Estados Unidos, ella traía los discos. Y ahí empezamos a descubrir estos conjuntos negros, empezamos a descubrir los viejos discos de Armstrong, de Duke Ellington, etc... Empezamos a descubrir los grandes creadores de esta música, en conjunto con este grupo del cual participaba Cáceres. Pero para nuestro grupo de Jazz, él aparecía, se juntaba con nosotros y escuchábamos toda una tarde, o toda una noche, hasta las 3 ó 4 de la mañana. Durante el día no lo veíamos porque sus intereses eran otros, el estaba en la danza.

Nosotros estábamos en otra cosa... Entonces, durante el día no teníamos una relación personal con él. Nos juntábamos sólo cuando nos conseguíamos discos o llegaba la Adna con disquitos nuevos. El sábado a las 6-7 de la tarde nos vamos a juntar a escucharlos a la casa de René. Y llegábamos ahí. Y ahí aparecía Cáceres... Entonces el conocimiento que yo tengo de Lucho Cáceres es ése. Aparecía en los momentos en que nosotros nos juntábamos a  escuchar discos, a conversar de jazz. Porque el resto de los amigos todos tocaban instrumentos. René tocaba clarinete, yo tocaba batería, Tito Rodríguez tocaba corneta, Enrique Morgan tocaba la guitarra. Se armaba el grupo y tocábamos. Pero Lucho Cáceres no tocaba instrumentos. Tampoco habría tenido tiempo de hacerlo porque realmente sus actividades estaban en la danza, en la poesía, en la cosa literaria... Te quiero decir con la más absoluta franqueza que la vida privada de Luis Cáceres era absolutamente desconocida para nosotros. Y te puedo asegurar que no sólo para mí sino para René y Tito, que eran bastante más amigos de él. Porque él tenía sus clases de danza. Era muy introvertido, era muy callado, no era, para decirlo en término vulgar, rajado como nosotros, que nos tomábamos sus tragos y nos entusiasmábamos con sus cervecitas, con sus vinitos. El no era de esos. Era un hombre muy delicado, muy fino. No caía en ningún tipo de excesos. Y su vida privada era realmente un misterio para nosotros... Te digo, yo lo conocí relacionado con la música del jazz y me lleve de él una gratísima impresión, la misma que me llevé de Enrique Rosenblatt, que también se juntaba con nosotros a escuchar jazz. Hoy es un gran psiquiatra. Deberías entrevistarlo porque él era mucho más amigo de Cáceres que nosotros, pertenecía a Mandrágora y él te va a decir. Tenían una amistad mas estrecha”.

Santiago Aránguiz Pinto. Entrevista a Luis Córdova, Inédita, Santiago, octubre de 2001.

“Bueno, la verdad es que con Lucho yo tuve poco contacto profundo. Nos entendíamos en el mundo del jazz, en el que coincidíamos plenamente en la formidable personalidad y emotividad de la cantante Bessie Smith. Lucho tenía la colección completa de esta cantante negra sumamente primitiva y rara, que tuvo un gran éxito momentáneo en Estados Unidos y luego desapareció del mapa. Fue una cosa muy rara que en Chile en esa época alguien tuviera la colección completa de la Smith. Yo tengo hoy casi todos los volúmenes en long play... Bueno, nosotros nos conocimos en las reuniones que tuvo el club de jazz de Santiago antes de formarse como tal. Era un grupo de aficionados al jazz nada más que nos juntábamos en torno a algunas personas que tenían colecciones de discos propias y muy exclusivas. Porque en Chile de ese entonces había un estanco, un monopolio de parte de RCA Victor y de parte de la Odeon con objeto de que ellos fueran los únicos que produjeran discos en el país. Traían las matrices y las imprimían aquí en Chile. Y como tenían personal chileno, eso les daba margen para pedir una excepción de modo que no podían entrar a Chile discos sino a través de ellos. De sus matrices. Así que al que pillaban con discos de otro origen era como si hoy dia lo encontraran con tráfico de drogas... Entonces los pocos que tenían colecciones por razones muy excepcionales, tenían la gentileza de llevar sus piezas y mostrarlas en estas reuniones que teníamos allá en un lugar... ni siquiera el Club de Jazz tenía local todavía. Era en la calle Santo Domingo casi esquina de Bandera, frente a la Catedral. Entonces ahí yo conocí a lucho como uno de los tantos concurrentes a estas reuniones. Se hacían todos los sábados de 2 a 5 de la tarde.

Estaba Lucho Córdova, Rossenblatt, René Yeralde, Mario Raudich, Sergio Pizarro. En fin una serie de gente que no sé si están vivos o muertos... Esto debe haber sido el 42 o 43... Con Lucho nunca hablamos de poesía. Después supe que era poeta. Y tampoco con Enrique Rossenblatt sabía yo que era poeta. Él era un bailarín, eso sí. Era su profesión oficial y nada más. Y aficionado al jazz y especialmente enamorado de Bessie Smith”.

Santiago Aránguiz Pinto. Entrevista Domingo Santa Cruz, Inédita, Santiago, 20 de enero de 2002.



Apartado biográfico Nº 17 (Subir)

Resulta muy ilustrativo leer las cartas que le envió Cáceres a Enrique Gómez-Correa durante su estadía en París. En ellas habla de sus nuevas amistades y de sus proyectos, como de sus contactos con figuras notables del círculo surrealista parisino. Asimismo, es posible distinguir ciertas connotaciones éticas claves como radicales críticas a Huidobro, cuestionamientos al grupo surrealista belga, referencias al Partido Comunista y a cierta lejanía con B. Arenas y T. Cid.


París 5 III 48

Querido Enrique:

Aquí me tienes en pleno París, después de hacer un viaje hermoso y rápido. Estuve en Buenos Aires, Brasil, África y Madrid. París es bello pero la vida es difícil. Soy ya grande amigo de Herold y sus mujer Vera. Almorcé ayer con V. Brauner, cuyas pinturas son maravillosas. Hoy conocí a Charles Duits, que es un muchacho muy simpático. A Mabille también lo conocí hace días. Herold y Braumer son muy buenos y gentiles conmigo. Entregué al primero tus libros, que le han gustado mucho. Ellos publican NEON, de la cual han aparecido 2 números que trataré de enviarte. Toyen y Heisler me han invitado a pasar un domingo con ellos en el campo.
Breton llega a París en una semana más.

Cuidado con los Surrealistas Revolucionarios, son enemigos del grupo de Breton y su posición política-artística es ridícula y peligrosa!!

Aquí hay miles de librerías, sobre todo donde yo habito (Boul. Saint Germain y Boul. St. Michel) pero los libros que nos interesan son imposibles de comprar. Imagínate que Le Grand Jeu de Péret vale 6.000 francos. Libros de ocasión no se encuentran, todos los libreros saben que Sade, Breton, Pigaut, Vaché y Péret son los autores más caros.
Vi la exposición de Paul Klee en el museo de Arte Moderno ¡¡500 telas de Klee juntas!!

Bueno, Enrique, saludos a Braulio y Cid, si los ves.
Saludos de tu amigo
Jorge

29, rue Jacob
París (VIª)
France

Partout on m´a det: Huidobro, de vieux con!



Paris 23- III- 48

Querido Enrique: recibí tu carta contestación. Me alegré bastante ya que tengo un real aprecio por ti. Y sé que eres mi amigo, te contaré algo de París. Francamente ocupo mi tiempo en estudios de ballet, ya que las academias de París son espléndidas, las mejores del mundo. He progresado ya bastante en esta materia. Uthoff, me está llamando a Chile con urgencia para la gran temporada de Sept de Joos, de modo que es posible que regrese a fines de julio. Desgraciadamente, como viajo en avión no podré llevar gran cosa. Te advierto que los libros surrealistas se encuentran en pequeñas librerías, con ediciones originales y son imposibles de comprar pues valen fortunas. He comprado algunos, pero he tenido que quedarme sin comer algunos días. Por ejemplo Clair de Cese vale 900.000 francos, La femme 100 tetes. 5000. etc. Apareció un libro de Sade por M. Nodan, muy interesante; si lo consigo te lo enviaré.

Los surrealistas publican “Neon”. Han aparecido dos números, pero Vera Herold, me ha dicho que ella te los enviará. Creo que en el Nº 3 irá algo mío. Entregué tu poema a Tarneaud esta tarde para que lo publique ahí.

Frecuento mucho a los Herold, grandes amigos míos, y a Víctor Brauner que es un gran pintor. Matta, Tanguy y Lam están en América. Los surrealistas se reúnen en un café los lunes y los jueves. Allí los encuentro a menudo. Charles Duits y Mabille son extremadamente simpáticos. Breton llegará a París este mes, el 30 más o menos. Cuando lo vea le entregaré los de Arenas, a quien saludas de mi parte.

La vida en París es posible, aunque hay que disponer de unos 100 ó 150 dólares mínimos. Hay de todo pero con dinero.

Aquí te envío algunas direcciones de amigos a quienes puedes mandar tus libros: Víctor Brauner: 2 bis, rue Parrol, parís 14ª.- Brignoni: 20, rue Verneul París 7ª.- Francis Bouret: 94 rue de Misomesmil París VIIIª.- Alian Joufray: 10, avenue Dias. Halmaison (Laine el avie).- Mabille: 34, rue Raymocuard.- Heisler, 23 rue Naninsitoff. Bois. Colimbes.

Prontamente irán más. Saludos a Cid.
Tu amigo, Jorge.



París, 27-IV-48

Querido Enrique:

Estuve almorzando ayer con Breton, él es encantador y muy fino. Nos aprecia mucho y me recibió muy cordialmente. El ya recibió tu libro. Los surrealistas se reúnen lunes y jueves en el café Aux 2 Magots y Place Blance. Yo no voy mucho a esas reuniones porque asiste tanta gente que casi no se puede conversar. Soy muy amigo de Jacques y Vera Herold y también de Victor Brauner, a quienes siempre visito en sus casas. Brauner es para mi gusto el mejor pintor que hay en París, aunque lo que hace Herold me gusta mucho. También me veo mucho con la pintora Toyen y con Heisler que viven fuera de París. Mañana iré a visitarlos. Baskine organiza una exposición para surrealistas jóvenes, y Breton quiere que yo ilustre la portada del catálogo. Aquí la única publicación surrealista es NEON, en el número 3 va algo mío. Charles Duits está en París como también Péret que acaba de arrivar de México, pero aún no sé su dirección. Di a tu amigo que se puede entrar a Francia cualquier moneda extranjera, pero que traiga dólares, los cuales deberá cambiar en mercado negro pues pagan 350 francos por cada uno. Los libros interesantes se encuentran en librerías surrealistas a precios muy altos, de 500 francos hasta 2000. Si mandas plata yo te compraré cosas de interés como Sade, Fourier, Novalis, Breton, etc. Que Arenas se preocupe de Huidobro me favorece “en mierdante”. Breton me dijo que nunca había sido su amigo y todos los surrealistas lo repudian. Nadie ha leído sus libros aquí, y su Picasso y demás lo pagó con francos. Su amigo el pintor Fernández lo considera un clown, Vera Herold me cuenta que no la quiso recibir en su hotel cierta vez porque iba mal vestida. Huidobro está enterrado con todas sus historias. Amén. Masson hace tiempo que dejó el grupo. A Nadeau no lo conozco pero averigüé su dirección. Conocí a Julien Gracq que acaba de publicar un libro sobre André Breton, que te compraré.

El surrealismo-revolucionario acaba de ser prohibido por el Partido Comunista, por poco serio. Los belgas también. Ellos eran enemigos del grupo de Breton. Es mejor que no sigas correspondencia con ellos.

A ti.
J. Cáceres



Apartado biográfico Nº 18 (Subir)


En 1948- B. Arenas traduce Diálogo entre un Sacerdote y un moribundo y Enrique Gómez-Correa publica el trabajo El espectro de Rene Magritte, en el cual se conectan poemas del chileno con los trabajos del pintor surrealista Belga. En 1949 Braulio Arenas editó Cartas de la religiosa portuguesa y E. Gómez-Correa publica En pleno día, con ilustraciones de Enrico Donatti.

El 21 de septiembre murió Jorge Cáceres. Póstumamente, apareció Donde los Poetas. “Se unen a tu memoria los nombres de tus amigos: Braulio Arenas, André Breton, Teófilo Cid, Enrique Gómez-Correa, Jacques Hérolf, Vera Herold, Pierre Mabile, Benjamin Péret, Enrique Rosenblatt y Toyen. Los arcanos se despliegan en escalera para que tu sigas por un camino sin parapetos. Sigue, viajero. Sigue, camino. Todo está igual, todo ha cambiado. Tu corazón dicta las altas mareas, las bajas mareas, árbol de paso, ave que dejaste el nido por el relámpago. Somos torpes, como niños preguntamos por la selva y estamos en la selva; por el día y estamos en la noche; por la orilla del mar y somos náufragos. Jorge, la brisa de la tarde se filtra por tu camisa, la camisa que una vez sacrificaste para guardar en ella los tesoros marítimos. Las estrellas se filtran por tu cerebro. Eres pleno resplandor, plena pureza. En la poesía eres Jorge Cáceres”. Foto de Cáceres por E. G. Schoff.



Apartado biográfico Nº 19 (Subir)

Para mayor infomación sobre cómo se formó esta disciplina en Chile es útil revisar los siguientes documentos:

- Vicente Salas Viu, La creación musical en Santiago, Ediciones de la Universidad de Chile, 1952.
- Yolanda Montecinos, “El Ballet Nacional Chileno, perspectiva histórica y humana”, Revista musical chilena, Abril-junio, 1962, No. 80.
- Revista musical chilena, publicada por el Instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, año 1, N° 9, enero de 1946; Revista musical chilena, publicada por el Instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, Año 1, N° 7 y 8, Noviembre-Diciembre de 1946; Revista musical chilena, publicada por el Instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, año 4, N° 30, agosto-septiembre 1948, enero de 1948; Revista musical chilena, publicada por el Instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, año 4, N° 31, octubre-noviembre de 1948; Revista musical chilena, publicada por el Instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, año 5, N° 33, abril-mayo de 1949; Revista musical chilena, publicada por el Instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, año 5, N° 35-36, agosto-noviembre de 1949.



Apartado biográfico Nº 20 (Subir)


“En la danza Lucho, era como una especie de Adonis, él tenía una gran tendencia por una poesía lírica y clásica... Nosotros teníamos una danza expresiva, teatral, muy diferente de la danza clásica, era una tendencia en la danza moderna, me estoy refiriendo a Joos y por lo tanto a Uthoff. Con Lucho teníamos una relación de mucho respeto, en danza nada más. Nos tocó alternarnos el rol principal en el ballet La leyenda de José. Fueron meses de ensayos diarios. Era un tremendo espectáculo. Haciendo el mismo rol los dos, el solo nos alternábamos. Era cómico. Era muy entretenido trabajar con él, tenía salidas muy simpáticas. Era un hombre que dentro del mundo de la danza tenía un conocimiento cultural alto, por muy sobre la media. Era una especie de, a lo mejor el se sentía un poco como un Rimbaud chileno. Era especial ver a Lucho dentro de este grupo de trasnochados, de intelectuales, entre Arenas, Gómez-Correa y Cid que era desgarbado y andaba como pickle en la calle. Dentro de estos estaba Cáceres. Con la Inés Echeverría, Iris. Yo una vez tuve que echar a todos estos personajes que te he nombrado: Arenas, Cid, Luis Oyarzún, Onfray, Mario Rivas, del teatro para el ensayo general, ellos me odiaban, pero iban a ver a Lucho”.

Santiago Aránguiz Pinto, Entrevista a Patricio Bunster, Inédita, Santiago, Segundo Semestre de 2001.


“El 26 de noviembre de 1947, Ernst Uthoff presenta un nuevo ballet La leyenda de José con partitura especialmente compuesta para ballet por Johann Strauss y que fue bailado por Nijinsky en la época del Ballet Russe de Diaguilev. La escenografía y vestuario estaban en manos del escenógrafo del Teatro Experimental, Oscar Navarro y del pintor y arquitecto, Tomás Roessner, con el talentoso bailarín chileno, muerto prematuramente, Jorge Luis Cáceres, como protagonista. Lola Botka consiguió también un éxito personal en el papel de la mujer de Putifar, Rudolf Pescht interpretó a Putifar y Blanchette Hermannsen a la Sulamita”.

Yolanda Montecinos, El Ballet Nacional Chileno, perspectiva histórica y humana, Revista Musical Chilena, abril-junio, 1962, Nº 80.


“Con el tiempo, tres o cuatros de nosotros arrendamos unas piezas en la calle Lira. Un chino había hecho en un jardín unos pequeños departamentos, una pieza con una pequeña cocina, nada más. Al frente vivía Lucho en otro departamento. Lucho era de un genio muy especial, tenía unos vuelos de ingenio muy interesantes. Cada cierto tiempo me sorprendía. Como yo estudiaba Arquitectura me tenía que quedar varias noches dibujando, con la ventana abierta, entonces yo, de repente, oía un crujido de al frente y veía aparecer una mano, de ahí una flor y que, al ver el sol, se escondía cerrando el picaporte. Era un chiste surrealista que me estaba haciendo Lucho. Como compañeros de trabajo éramos muy diferentes pero nos respetábamos mucho. Yo le respetaba mucho su ingenio. Muy delicado, fino. Era de un carácter muy ingenioso, un poco ido”.

Santiago Aránguiz Pinto, Entrevista a Patricio Bunster, Inédita, Santiago, Segundo Semestre de 2001.


“SA: Era figura dentro del ballet Lucho?
LB: “El aprendió la técnica con los años. Era muy perseverante. Trabajó muy duro para adquirirla. El tomaba muy en serio la cosa.
SA: Destacaba por sobre el resto de sus compañeros?
LB: Estaba tal vez un poco mejor que el resto.
SA: ¿Cómo era la técnica que tenía Lucho? ¿De acuerdo a lo que usted pudo percibir de él?
LB: A Lucho le gustaba más, creo, el ballet clásico que el ballet moderno que hacíamos nosotros. Trabajó muy bien en los dos por igual”.

Santiago Aránguiz Pinto, Entrevista a Lola Botka, Inédita, Santiago, Segundo Semestre de 2002.


“Luchito, más bien, no tuvo muchos papeles de solista. No por que no fuera capaz sino por que no le dieron aquellos roles que eran como de primeros bailarines. Aun cuando era sumamente capaz. Pero no sé por que no le tocó los primeros roles... Técnica tenía. Luchito tenía un estupendo aldevoz. Aldevoz significa aquellos bailarines que tienen una rotación externa femoral. Las caderas tienen natural rotación. Hay gente que tiene condiciones para bailar pero no tiene suficiente aldevoz y tiene que trabajar mucho. Luchito lo tenia. Tenía lindo empeine. Lindo, lindo empeine... Tenía todas las condiciones que podía pedir un bailarín. Un bailarín en general debe tener rotación externa femoral, es que esta parte naturalmente debe tener una leve rotación y uno la va desarrollando con ejercicios. Luchito lo tenía natural... Luchito tenía todas las cualidades que puede tener un ser humano. Partamos de ahí. Porque tú puedes tener un muy buen bailarín y ser egoísta, una persona egocéntrica, mal educado de naturaleza. Él tenía una cualidad de gran comunicación, de gran educación natural”.

Santiago Aránguiz Pinto, Entrevista a Malucha Solari, Inédita, Segundo Semestre de 2001, Santiago.



Apartado biográfico Nº 21 (Subir)


“El 26 de noviembre de 1947, Ernst Uthoff presenta un nuevo ballet La leyenda de José con partitura especialmente compuesta para ballet por Johann Strauss y que fue bailado por Nijinsky en la época del Ballet Russe de Diaguilev. La escenografía y vestuario estaban en manos del escenógrafo del Teatro Experimental, Oscar Navarro y del pintor y arquitecto, Tomás Roessner, con el talentoso bailarín chileno, muerto prematuramente, Jorge Luis Cáceres, como protagonista. Lola Botka consiguió también un éxito personal en el papel de la mujer de Putifar, Rudolf Pescht interpretó a Putifar y Blanchette Hermansen a la Sulamita. Con esta leyenda bíblica, el Ballet de la Escuela de Danzas se consagró de forma definitiva. Esta obra fue presentada por tres años y repuesta en 1955-1957”

Yolanda Montecinos, op cit, p.21- 22


“Debemos detenernos un instante en el argumento del ballet, ya que aunque fue estrenado entre nosotros por el Conjunto de Kurt Joos en 1940, merece recordarse. Se realiza en él un dramático cuadro, trazado con tintas violentas, de una guerra que transcurre entre dos gesticulantes y vacías conferencias diplomáticas. En ella, la muerte recoge sus víctimas, elegidas entre los soldados, las madres, esposas y novias, presidiendo toda actividad, mientras un especulador se refocila y saca provecho de toda esa miseria. Este ligero resumen que hacemos, apenas sí quiere recordar lo más grueso de aquello que durante ocho cuadros sucesivos desarrolla Joos, dando como resultado una obra de arte destinada a permanecer como testimonio vivo de toda una época... La interpretación, cuya dificultad surge del somero examen que estamos obligados a desarrollar, marca un éxito definitivo para profesores y alumnos de la Escuela de Danza que dirige Ernst Uthoff. Rudolf Pescht, como la muerte; Patricio Bunster, como el abanderado; Alfonso Unuane, como el especulador; Luis Cáceres, como el joven soldado; Blanchette Hermansen, como la muchacha; David Kerval, como el viejo soldado; Lola Botka, como la anciana madre y Lissy Wagner, como la mujer, para citar sólo a los papeles más salientes, han dado cima a una tarea que, bajo el control del propio Joos, han hecho posible entregar a nuestra vida artística un nuevo galardón. Vaya para ellos nuestro aplauso incondicional, como se lo brindó, en prolongada ovación, el público que llenaba el Teatro Municipal”.

D. Quiroga, “La mesa verde” Dirigida por Kurt Joos, Revista Musical chilena, publicada por el instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, Año 4, N° 31, Octubre-Noviembre de 1948


“Se relata en su argumento una simple sucesión de sentimientos juveniles, amores felices y amores frustrados, juegos de muchachos, todo ello envuelto en una atmósfera de poesía maravillosamente conseguida. Personajes, conjuntos, luces y música, se xxxxxx magistralmente en la expresión de una espiritualidad xxxxx y xxxxx, en que la visión moderna de Joos ha sabido hablar de la juventud en un idioma coreográfico ingrávido y sutil, refinadamente bello. Los intérpretes de Juventud mostraron la sabia elección del maestro que durante seis meses conoció a fondo las posibilidades de nuestros bailarines. En cada papel se ve utilizado hábilmente lo que es característico en la personalidad de cada cual. Virginia Roncal, Patricio Bunster, Lissy Wagner y Luis Cáceres, en los papeles protagonistas, dieron de sí cuanto el coreógrafo quiso exigirles. Su talento, su técnica lograron ser utilizados y combinados en el servicio de esta obra, con la aguda visión de un verdadero maestro. Los conjuntos a cargo del resto del grupo de danzarines, en los cuales encontramos multitud de hallazgos y efectos coreográficos, señaló la calidad de nuestra Escuela de Danza que, bajo la dirección de Uthoff, ha entregado el instrumento capaz de poner en escena esta ‘première' y las más afamadas obras de Kurt Joos”.

D. Quiroga, “Juventud” Por el Ballet de la Escuela de Danza, Revista Musical chilena, publicada por el Instituto de Extensión Musical Universidad de Chile, año 4, N° 31, octubre-noviembre de 1948. Por falta de claridad del original, no fue posible transcribir todas las palabras(xxxxx).()La Hora, 1948)



Apartado biográfico Nº 22 (Subir)

Braulio Arenas, Jorge Cáceres, Catálogo Exposición Surrealista, Santiago de Chile, 22-31 de diciembre, 1941.

Enrique Gómez-Correa, La poesía negra y el collage : “Sin embargo, podría pensarse con muy justa lógica, que así como los recursos proporcionados por la razón han llegado a un agotamiento, Asimismo, llegará un día en que lo irracional –y más preciso el instinto– agote todas las posibilidades y caiga en la fosilización del pensamiento. ¡Magnífico! No por la fosilización sino, precisamente, en este instante habrá desaparecido para siempre la odiosa dualidad formada entre el instinto y la razón, pudiendo el hombre, entonces, hablar por primera vez de la libertad, así como en el sueño”.

Braulio Arenas, La vida del surrealismo: “Sabemos demasiado bien que la pasión nos ciega y que, por lo tanto, desencadenaremos el mayor cúmulo de ataques. Tanto mejor. Solamente ampliando el número de nuestros enemigos se conocerá la fortaleza de nuestra posición. Abramos las puertas. Escuchad todos: nuestra lucha ha comenzado. Yo estoy en excelente condición física y mental. Que nuestros enemigos disparen pronto. Que retribuyan nuestra buena puntería”.



Apartado biográfico Nº 23 (Subir)

Enrique Rosenblatt.

“Te voy a decir que la fotografía (se refiere a la típica fotografía de Mandrágora es el año 43 en una mueblería bastante grande que tenía mi padre, que se llamaba Mueblería Rosenblatt y en los altos estaba desocupada. Entonces yo le pedí autorización a mi padre para tener una exposición con mis compañeros surrealistas. Era en Alameda frente a lo que antes era la Pérgola de las Flores, cerca de la Iglesia de San Francisco pero por la acera norte. Después se instaló por ahí el 212, un famoso café donde la gente se reunía. Ahora ese segundo piso estaba desocupado, se lo pedí a mi padre, él accedió gentilmente, entonces hicimos esa exposición. Una semana habrá durado o dos semanas, no me acuerdo bien. Incluso creo que Nemesio Antúnez –no sale en la fotografía– pero también presentó algunas cosas... En la exposición participaron todos los que están presentes, menos yo que no tenía trabajos plásticos... Ellos tenían cuadros, collages, ellos presentaron sus cosas, Braulio Arenas, Jorge Cáceres, especialmente ellos dos. También algunas cosas Nemesio Antúnez. Enrique Gómez-Correa no recuerdo que haya tenido collages y tampoco Teófilo Cid. Eramos pocos... Ahora, si me preguntas ¿Quién fue? Fue toda la gente, la intelectualidad artística de esa época, joven. Fueron, tomaron. Hubo también algunas críticas sobre la exposición... Me acuerdo de que aparecieron noticias en La Nación y otro diario de la época... Sí, si tuvo repercusión, por supuesto. Era una exposición surrealista en un medio relativamente chato parejo, era algo nuevo, innovador. Era golpeador... Sí, claro. Bueno nosotros representábamos la vanguardia en la poesía. Creo que tenia bastante orgullo. Era muy interesante por el caudal de información que uno tenía de lo poco que estaba llegando de EEUU y Europa, sobre todo porque ya estábamos en plena Segunda Guerra. Y una parte importante de los surrealistas se habían ido al exilio. Sobre todo a Norteamérica, Breton a NY, Benjamín Péret a México... Neruda después Aragón, éste ya se había marginado del grupo surrealista era un miembro conscripto del partido Comunista”.

Santiago Aránguiz Pinto, Entrevista Nº 1 a Enrique Rosenblatt, Inédita, Santiago, octubre de 2001.



Apartado biográfico Nº 24 (Subir)

ERICH G. SCHOFF
CASILLA 4216
SANTIAGO DE CHILE                                                               24. 9. 1949

Estimado señor Gómez,

Aquí le manda a Ud. la carta que yo encontré en la mesa junto con la carta suya para el Jorge Cáceres del 10.9. y que mi pobre Luchito no pudo despacharlo. El murió en el baño de su departamento de un ataque al corazón sin sentir ningún dolor y ahora está encima de todos los problemas de esa vida. El viernes 23.9. hemos acompañado sus restos al cementerio.

Seguramente Ud. ha siempre sabido que yo estaba el más próximo para él y que por 11 años tenía su hogar en mi casa en Las Condes y, hoy sábado, por primera vez no va a venir el joven más valioso y simpático del mundo.
¡Todavía no puedo creer!
Cuando Ud. vea al Sr. Bretón diga, que la última gran alegría para él fue el librito que recibió poco antes de la muerte de él!
Y salude a sus amigos allá en “su” París, que él nunca más puede ver. Pero en nosotros va a vivir siempre.

Mis mejores deseos por su viaje y saludos
de su Erich G. Schoff [90]



Apartado biográfico Nº 25 (Subir)

“Yo fui una de las primeras personas que lo descubrió muerto. Él se cambió a otro departamento en la misma calle Lira. Un día llegó alguien gritando que Lucho había muerto, de ahí yo me fui corriendo a esa casa, me dijeron que vivía ahí, yo no conocía la casa, ya había varios de sus amigos ahí, y entré a un baño enorme y ahí estaba su cuerpo en la tina. Había botado el agua. Se estaba bañando. No había sangre, ni tenía ningún corte. Ni que haya habido gases tampoco, nada. Se hicieron fábulas en torno a su muerte. Yo siempre he pensado que él tenía esa afección al corazón de la que se habló... Poco tiempo antes él me llamó y yo crucé a su pieza y me preguntó si quería unos libros de danza y me los regaló. Todavía los tengo. Eso me hizo pensar mucho, yo no sé si él tenía la sensación de que se iba a morir... Yo fui el segundo o tercero que vio su cadáver. Para empezar, era de esos departamentos antiguos en la calle Lira. Y ahí estaba la tina de baño, ya habían botado el agua, estaba como durmiendo. No había olor a gas, algunos decían que se podría haber suicidado con gas. Era imposible. Recuerdo que habían dos personas ahí. Una era el famoso fotógrafo alemán que era su compañero, Schoff y el otro era Octavio Cintolessi. Conmoción muy grande. Tuvimos muy mala suerte en el ballet nacional, se nos murió mucha gente muy joven. Y eso que tuviera las venas cortadas... no vi nada de eso. Además habría visto la tina. Él había estado en Francia, el año anterior. Me contaron que cuando llegó la noticia a París de su muerte, hubo bastante conmoción.”

Santiago Aránguiz Pinto, Entrevista a Patricio Bunster, Inédita, Segundo Semestre de 2001, Santiago.


[81] G. de Mussy R., Luis, Entrevista a Enrique Zorrilla, Santiago de Chile, Primer Semestre de 1999, inédita.

[82] Enrique Gómez-Correa, Mandrágora Nº 7 p. 4.

[83] Revista Mandrágora Nº 1 p. 15.

[84] G. de Mussy R., Luis, Entrevista a Enrique Zorrilla, Santiago de Chile, Primer Semestre de 1999, inédita.

[85] Arenas, Braulio, Revista Leitmotiv Nº 1, Sin numeración de páginas.

[86] Citamos a Vergara refiriéndose a Leitmotiv en, La Revista Mandrágora: Vanguardismo y contexto chileno en 1938: “... este plan de una nueva revista... era un claro indicio de que el principal promotor de Mandrágora, a esas alturas había cesado de tener interés en el proyecto”. Al respecto, Susan Foote en El surrealismo en Chile y la revista Leitmotiv, señala que: “Suponemos que “el principal promotor” se refiere a Braulio Arenas. Sin embargo, si se revisa la revista, parece absurdo decir que Arenas haya perdido interés en el proyecto del surrealismo. Al contrario, esperamos demostrar que la revista corresponde a lo que dice el mismo Arenas menciona en su introducción, Actividad crítica: “Abrir las mamparas de una nueva revista de pelea”, en Leitmotiv N° 1, Sin numeración de

páginas.

[87] Arenas, Braulio, Revista Leitmotiv N° 1, “Actividad Crítica”, Sin numeración de páginas.

[88] Gómez-Correa, Enrique, Revista Leitmotiv N° 1, “El Entusiasmo”, sin numeración de páginas.

[89] S. Vergara, La revista Mandrágora: vanguardismo y contexto Chileno en 1938.

[90] Esta carta formaba parte del archivo del escritor Enrique Gómez-Correa, el cual fue vendido a la Fundación P. Getty. Actualmente este documento se encuentra catalogado como parte de los Papeles de Gómez-Correa en el Getty Research Institute en California, U.S.A.