MADRUGADORAS

Sumergida en tiempo
En imágenes
En distintas direcciones
En focos de alta mar
En odio al vesperal dominio
En ti misma
Yo vivo a través de candor
Como una sangre en vena
Un farol de equinoccio
Al final del sitio plano
Del hangar más alto
En estas cordilleras
Donde la voz escucha su propia sombra
El milano atrae sus hijuelos
En este adiós de ti
De ti la madrugadora
Perdida en un hemisferio de cristal
En una curva sin dibujos
A la intemperie
Como una perra famosa
Lamida por el éter.

 
 

Revista Mandrágora número 1. Santiago, Chile. Diciembre de 1938.