LA MEMORIA ES UN RECURSO DEL AZAR

Hay fechas olvidadas por la muerte
Que gradúan la memoria
Que levantan torbellinos de decoro
Como examen de amapolas
En un vacío físico de cólera
Un adiós que alumbra las escoltas
Las misiones de la córnea
Los ojos huecos a todo azar
A todo terror una sed sometida al gusto

Hay también los ecos destrozados
Las voces amadas como sexos
Deliberando en un glaciar de frases
Los senos fijos atrayendo sus palabras
Sus palabras por amor como alguien loco
Como alguien salido a su estupor saliente
Y un beso que separa los enojos
Un beso que habitúa los cansancios
En la pura amada boca que defiendo

Un mar de salvedad en torno
Salido de los ríos
Que son principio en mí de la crueldad
De lo que llamo amor
Un calor venido a menos a causa del paisaje
Un frío de circunstancia para los ojos
Una cantidad de senos superfluos para la vida
Derivador de los calores
Y que pasan en silencio por las frases más dichosas
Las de muerte soledad y poesía
Como un halcón en mano de las manos
En mano de los píes en mano de los ojos

Qué fuerza qué vestal ardiendo
Como un porvenir acuático de llamas
Una luz toda futura grabada en las espaldas
Por una economía del esfuerzo

Qué pudo pintar de arroz su sed más alta
La de verter adioses en un simún de venas
Qué lámparas venida de los tiempos
Abisman el esfuerzo
Dominan a rincones el suspiro
Y el cabaret somático de las vacilaciones
Como un afán visual que ofrece el brazo
La dueña del arroz entra al paisaje de las adivinaciones
La que yo comparo a mi decoro
La sin destino
Rígida de sed.

 

De Exposición de la poesía chilena, 1941