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TEXTOS
1.- El amor deja una vacante
Amor difícil significa: tengo amor difícil, amo difícilmente, soy amado con dificultad. Las dificultades del amor. El amor y sus trampas.
Yo estoy en medio de un salón de mimosas. Yo te amo. Yo sueño. Sostengo mi amor con Energías que me han sido dadas para eso. Abandono ese salón. Yo cambio. Tomo, en fin la dirección de las calles exactas.
La calle se abre a pico.
Mujeres puntuales en toilette de cristal. Ellas buscan los colores de los hombres.
Ellas cazan las primeras estrellas de franela roja. Cuando los besos baten al fondo de sus ojos.
La tempestad del amor bate a nuevo.
Es por sus senos que todos los desiertos se hacen públicos.
Bien entendido. Ellas buscan los colores de los hombres, en las ráfagas de los días sin nube. A la entrada de la noche.
Manos de carbón blanco. Manos adorables.
Ellas han perdido el aire de las miradas del primer encuentro. Sus gestos son más deliciosos que la mueca de la loba, pero menos fáciles. Bien entendido. Los días pasan. Las noches se marchitan. Sobre las balanzas arden otras sonrisas disimuladas.
Entrar a la sombra de todas las mujeres. Para verificar la semejanza de los días con las grandes fuentes de la nieve, escondidas en los bosques.
Para verificar la semejanza de los días
Para verificar la semejanza
Para verificar-la
Para ver.
Balcón único. Entrar ahí. “EMPRENDER EL PROBLEMA”.
Yo estoy tendido junto a ti. Percibo el olor de tu sexo. Vivo para los olores que amo. Me levanto; corro a la mesa. Tomo una caja que contiene maíz y una copa llena de leche. Juego a equilibrar sobre tus nalgas estos objetos. Consiguiéndolo, yo esparzo arena blanca sobre tu espalda. Así yo he confeccionado el molde de mis sueños. Sin esperanza. A muerte.
Balcón único. Salir de ahí. Tomar las armas del camaleón que regresa.
2.- En la balanza de los excesos[2]
El viaje ha sido emprendido. Otros sueños. Otras palabras. Las manos se ocupan de sus semejantes.
Si yo sé que he sido vencido, es porque los colores están aún ahí, sin pasar; es porque las chimeneas se parecen demasiado a los guijarros desarraigados; porque las emboscadas tendidas a los pájaros engañan a los paseantes con sonrisas encantadoras.
Yo he partido. Un camino bastante largo. Gente desconocida. Preferentemente africanos que cantan esta canción idiota:
"Los canguros americanos baten huevos
Porque el Kaiser y su mujer fuman
En la ventana de nuestros hijos mutilados".
Los días han pasado nuevamente. ¿A quién confiar ahora su destino? La Anatomía llega a ser paulatinamente la Química. El placer y el dolor se confunden. El sueño refugia la vigilia. Ellos se confían sus abismos.
Y yo juego al "crake-roade" en un campo totalmente abandonado, donde ninguno de los animales sonríe. Ellos son ciegos.
De El AGC de la mandrágora,1957 |