EL ABRAZO DEL OSO

La mujer de la campiña que bate cartas incomprensibles de juego al solitario hasta quemar el carbón de violeta
He ahí lo que deviene para mí la poesía
La música y las demás artes a tiro de fusil
Mientras que en el cuarto opaco comienzan a aparecer esos volantes azules que vienen a entorpecer un sentimiento vago de generaciones desaparecidas de pueblos gnomos arrastrando tras de sí el carruaje de la noche
Y tus ojos brillan en el puzzle del eclipse
Y un último batir de alas sale del bosque
Y está la casa de Braulio Arenas diseñada por Yves Tanguy
Sobre parapetos de polen que enciende tres lámparas de garganta de ibis con resplandores de murciélagos al fondo de la gruta
Revistiendo lechos con ropajes negros con ribetes azules de lomo de libro
La línea negra que se tuerce al fondo de tus ojos toma la forma de un abanico de filamentos incandescentes de estrella de mar
La línea negra el revólver azul y entre nosotros aparece el fantasma de Kleist
Una vuelta de tu cabeza hacia atrás pero tus ojos ven la línea recta
Sobre el musgo que acaba de nacer en los vidrios de mocatina
Con esa simplicidad a rebotar el balón con que las mujeres seducen a los hombres
El balcón se abre a la noche con un gesto de desafío
Y dos brazos negros toman su puesto en la esfera del reloj
Pero en la playa se ha escuchado el rumor de unos pasos
Y el impacto del bosque cesaba bajo los astros al fin del proceso del encantamiento
El balcón se cierra tras el paso del duende
Suspendido en la punta de una casa que parece haber sido un hotel a decisiones rápidas
En pleno siglo XVIII
Cortad la fecha maldita
Y el arco del amor está tendido entre dos toneles color de destreza
El cristal de las videntes ha hecho explosión
Y es por esa brecha por donde nosotros penetramos al bosque
Sin perder un cabello.

 

De El AGC de la mandrágora,1957