SIEMPRE EN LLAMAS

I
Me contemplo morir esta tarde la última
Bajo el sol las ortigas represan el cauce de esa luz
Cauces desconocidos sobre un viento trastornado
Sobre un trenzado seis
Mi cabeza es absurdo vigía entre las aves
Pues ella picotea en un cerezo blanco
En la plenitud de la gran playa de ceniza
La playa de los fuegos
Los osos sangran sobre emboscadas imprevistas
Calculaban su paso más libre a la costa
Yo he nacido de mis gestos los gestos de la envidia
Y de mi propia miseria
Toda mano de miseria que conduces
Me saluda esta tarde
Es mi fiel defensora.

II
Escucho tu voz sobre las calles blancas
Sobre muros que el cielo mece
Escucho a mi corazón hilar para ti
Y sé por fin qué es eso en rebeldía
Al fondo del desierto por un cambio de luz
De mis deseos haré himnos ellos van
Y se ríen al desertar en torno a una sombra fértil

Es demasiado tarde para un juego
De repeticiones
Yo soy quien te ama para siempre
El prisionero negro que nace de tus pies
Que tú has olvidado
Solo bajo este sol de dicha
Esta tarde es para mí toda tempestad
Todo misterio.

 

De Pasada libre, 1941