EL VIENTO
 
Viento, interviene. Aún es tiempo de que el pájaro enhebre el propio hilo 4e acero de su jaula. Viento para decirlo de una vez, viento de hilo de acero y que ha trasmitido al cielo su nudo débil, su pulmón tocado. Viento, hila tú propia libertad. Pueden hundir esta jaula en el mar las veces que quieran, nadie echará de ver el error primero de la vida, el prisionero está fuera, la realidad adentro, y ellos se intercambian sus mutuos tormentos. Sí, tarde o temprano, el viento cesará de tejer su propia jaula.

 

De La gran vida, Le Grabuge, Santiago, Chile, 1952.