EL SILENCIO NATURAL

Esas sombras variantes de sus venas que tú traes de una pupila a cada paso
De una garganta y ondas de cal y símbolo sin memoria de todo
Los traes con un resplandor de mitos sitiados de repente
Y alzan la memoria a través de los bosques
A través del ramaje de muebles que acecha la luz a cada paso
Con sus puentes brillantes levantados a su cielo verbal
O su banco de perlas las atraes con las alas de ajenjo
Y con venas de peces
Con muerte caudalosa cuya verberación es productora de éxtasis
A cada paso traes con tus senos de idioma
Con los ojos de árbol que una mirada vernacular asfixia
Por sus tallos sus días sus corpiños
Y su vaivén de malla gutural
Interrumpidos por el sueño que entrega su bebida
Por sus alarmas útiles o su ribera su encanto a cada paso
Su terror su memoria su luz de armiño que ya nada prefiere
Que ella encierra en campanas transparentes y se encierra
En frentes de fierro que echan sus pies al mar
Tiembla balanza de azogue mientras sus ojos
Todo lo esperan lo aman con rapidez y vadean su día.

 

De El mundo y su doble, Ediciones Mandrágora, Santiago, Chile, 1940.